Octubre pasado fue el mejor para el otorgamiento de esos créditos, incluidos los ajustables por unidad de valor adquisitivo (UVA). Según un informe de First Capital Group, durante ese mes el crédito para viviendas creció 9,24% respecto a agosto y casi 86% en términos interanuales. De acuerdo al reporte, se mantiene estable como la línea con mayor crecimiento interanual.
Ajuste por UVA
El boom de esta línea de créditos sigue en proceso y genera creciente interés entre los usuarios. "Según datos del Banco Central (BCRA), el 90% de los hipotecarios que se colocan se ajustan por UVA, lo que hace que quienes analizan tomarlos o aquellos que ya fueron adjudicados estén alertas a cómo se comporte la inflación", apunta el informe.
Otro elemento favorable a esta performance fue el oportuno lanzamiento (a principios de octubre) del nuevo Procrear para jóvenes, operatoria que otorgará unos 40 mil préstamos (la demanda ya triplicó ese número).
A partir de que el BCRA habilitó los créditos ajustados por inflación, los préstamos en UVA no paran de crecer. Desde el comienzo, las UVA fueron capitalizadas por los créditos hipotecarios. Según información de la entidad oficial, del total operado en préstamos UVA en un período de un año y medio, un 70% corresponde a líneas hipotecarias. Luego de eso, surgieron líneas de préstamos personales y prendarios ajustados (que también prometen un crecimiento exponencial). Por caso, en setiembre pasado se otorgaron 2.914 millones de pesos en préstamos personales UVA y 185 millones de pesos en prendarios, frente a los 7.324 millones de pesos en hipotecarios ajustados, durante el mismo mes.
La oferta de los bancos
Los bancos vienen promocionando en sus lanzamientos las tasas fijas y la disminución de intereses como los principales atractivos. Además, despliegan diversas estrategias para ampliar su cartera de clientes. Así, las entidades ofrecen préstamos en UVA hasta 30 años, con tasas que parten del 3,5% nominal anual y plazos de hasta 30 años, características que las transforman en líneas convenientes con cuotas accesibles (incluso por debajo de un alquiler, en algunos casos).
Además del financiamiento ajustado por inflación, en los últimos meses surgieron novedades que flexibilizan y dinamizan el acceso. En este marco, el otorgamiento de créditos viene creciendo a tasas exponenciales.
Con más ritmo
En sus inicios (allá por abril de 2016) el proceso avanzó a cuentagotas, pero durante el 2017 ganó ritmo. Con todo, los actores involucrados (tomadores, inmobiliarias y desarrollistas) apuntan que la marcha aún no es del todo fluida, sino más bien progresiva.
Por el lado de la demanda, todavía existen interesados que tienen reparos respecto a la posibilidad de contraer una deuda que sube con la inflación (ver UVA e IPC: La clave es la velocidad de la desinflación).
Por otra parte, quienes iniciaron el camino del crédito suelen cuestionar que se demoran los trámites en los bancos, en particular en los públicos (por caso, tomando nota de ese reclamo, el Banco Nación antició la digitalización y automatización del proceso). Asimismo, por el lado de la oferta, la cantidad de viviendas "aptas para crédito", es decir, con los papeles en orden y en condiciones de escriturar, aún es baja.
Se suman opciones
A efectos de salvar algunos de los inconvenientes planteados, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) habilitó nuevas herramientas para que las entidades otorguen créditos adecuados a situaciones que se dan en la práctica. Entre ellas se incluye la posibilidad de tomar en garantía los emprendimientos y permitir que el Banco financie a una desarrollista durante la construcción, o utilizar como aval los boletos de compraventa de proyectos ya aprobados por la entidad para otorgar líneas de préstamo a los compradores finales durante el período de obra.
Finalmente, esta última modalidad también se puede utilizar para que un Banco preste a una familia que compra inmuebles terminados, pero que aún no pueden ser escriturados. En estos casos no se trata de créditos hipotecarios, sino de financiaciones transitorias con tasas algo superiores y que, una vez que la vivienda obtiene la escritura, se transforman en hipotecarios.
UVA e Ipc: la clave es la velocidad de la desinflación
Algunos economistas y analistas financieros advierten que la inflación hasta setiembre pasado afectó al capital adeudado por quienes tomaron créditos ajustados por UVA. Esas unidades pasaron de $14,37 en su lanzamiento a $20,51 en 19 meses (marzo de 2016/setiembre de 2017). Es decir, subieron 42,7%, más que el 37,4% que creció el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo de 2016 a setiembre de 2017, y por arriba de la suba del dólar (de $ 14,50 a $ 17,80, un 22,8%).
El IPC de octubre trajo alivio (fue más bajo que el de setiembre, 1,5% vs. 1,9%), pero acumula 19,4% en el año y se prevé un 23% a fines de 2017, más que la meta oficial (17%). La inflación núcleo (sin precios regulados ni estacionales) marcó un 1,3%, arriba del 1% esperado por el BCRA. Así, la clave es la velocidad de la desinflación.
El 90% de los créditos hipotecarios que se colocan se ajustan por UVA, lo que hace que quienes analizan tomarlos o aquellos que ya fueron adjudicados estén alertas a como se comporte la inflación, según un informe de First Capital Group.