No fue para ninguno, por diferentes razones. La final de ida de la Recopa Sudamericana terminó 1-1 porque Gremio no supo y también debido a que Independiente hizo lo que pudo con un hombre menos durante casi una hora.
Desde el principio se jugó como lo que es, una serie con un título en juego, entre el mejor de la Libertadores y el de la Sudamericana. En los primeros minutos el campeón de América era el dueño de la pelota, aunque Domingo con un remate de larga distancia avisó que su equipo también quería ser protagonista. Fue un aviso de lo que vendría.
En la siguiente jugada y tras un centro de Gaibor, Benítez estalló un pelotazo en el travesaño. El local estaba más cerca, pero una equivocación de Amorebieta le hizo el camino cuesta arriba cuando Luan aprovechó un error del defensor venezolano y marcó el 1-0 para Gremio. Parecía que el visitante, con la ventaja, estaba más tranquilo y más cuando Independiente se quedó con uno menos por la expulsión de Gigliotti.
Sin embargo, el Rojo no sintió esos golpes y fue, como pudo, a buscar el empate, que llegó tras un balón detenido que Bruno Cortez mando al fondo de su propio arco.. El local estaba con vida y fue por más. Jugaba mejor en inferioridad numérica que en igualdad de condiciones y cerca estuvo de marcar el segundo, pero Grohe lo impidió.
En el segundo tiempo, Everton tuvo la más clara en el primer cuarto de hora, pero Amorebieta se recompuso de su yerro de la primera parte y salvó sobre la línea. A partir de ahí uno no tuvo las ideas claras para acercarse al arco rival, en tanto que el otro, con más garra que otra cosa, intentó acercar peligro sobre Grohe.
Maicon intentó sacarle la modorra a Gremio con un remate desde afuera que Campaña acompañó con la mirada. Y eso fue todo. Independiente hizo lo que pudo ante un equipo brasileño que se conformó con el empate y que buscará una nueva consagración en el Arena Do Gremio. Para el local, un gran desgaste como las noches en la que agrandó su historia y un punto que tampoco le vino mal por la forma en la que se dio el partido.
La previa se calentó porque un punto del penal estaba corrido
La final de la Recopa comenzó a levantar temperatura horas antes de que empezara a jugarse el partido de ida. Se define en los detalles. En cada rincón del terreno de juego se debe prestar atención porque la diferencia entre sumar una corona más a la vitrina o no son apenas 180 minutos.
El elenco brasileño parece haber tomado esa premisa con absoluta seriedad y realizó una queja insólita tras recorrer el campo de juego del Libertadores de América: el punto de penal de uno de los arcos estaba dos centímetros mal ubicado. “¡Dejate de joder, viejo! ¿Cómo puede ser que por dos centímetros la gente me jodió? La verdad que no sé cómo me pasó. Estuvo conmigo gente de Conmebol y estaba todo bien”, explicó el canchero del Rojo, Faustino Aquino
Viejos conocidos. Anoche comenzó la tercera serie en condición de final entre Independiente y Gremio, y en la memoria de Avellaneda aparece aquella obtención de la Libertadores en 1984.
En esos días, el Rojo pisó fuerte en Porto Alegre, quedándose con una ventaja de 1-0, para luego celebrar con un 0-0 en en casa. El único gol en aquella serie fue de Jorge Burruchaga, el mismo que convirtió el 7 de abril de 1996, cuando se volvieron a ver las caras por la Recopa que se disputaba en Japón. Esa sonrisa fue para el Gremio, que goleó 4 a 1 con tantos de Mario Jardel, Carlos Miguel, Adilson y Paulo Nunes.
Más allá de las finales, ambos equipos se enfrentaron siete veces por competiciones internacionales: Independiente venció en tres oportunidades, empató dos, y cayó en las dos restantes (nunca como local). El último cruce fue por la Copa Mercosur de 1999, en la que el Rojo ganó 1 a 0 con gol de Graf en la Doble Visera, por la fase de grupos.
