Un respiro y una promesa para que puedan llegar a fin de año

Ayer hubo una reunión en Casa de Gobierno entre autoridades del Ministerio de Salud y los directores de los principales hospitales.

Un respiro y una promesa para que puedan llegar a fin de año

La crisis financiera de la Provincia no tiene fin. Ayer hubo una reunión en Casa de Gobierno entre autoridades del Ministerio de Salud y los directores de los principales hospitales. Al finalizar, quedó blanqueada una deuda de los nosocomios con prestadores y proveedores que asciende a los 200 millones de pesos.

Ante la amenaza de paro de los prestadores (quienes cubren servicios esenciales en el sector) y los ruegos del subsecretario de Administración y Planificación, Diego Álvarez, desde el Ministerio de Hacienda habrían liberado 30 millones de pesos para cubrir parte de esa deuda, la correspondiente a los pagos de los profesionales con contratos de locación de servicios.

Las mañanas son agitadas en Casa de Gobierno por la sucesión de incendios financieros que estallan en la administración pública. Ayer, la atención se concentró en el quinto piso, donde están las dependencias administrativas de Salud. Allí estaban los directores del Central, Notti, Lagomaggiore, Perrupato, Paroissien y Schestakow. Desde ahí bajó Álvarez a media mañana para lograr destrabar algún recurso y también partidas presupuestarias.

Aunque se suela confundir, partida presupuestaria no es lo mismo que plata. La partida es un permiso para imputar una compra hasta un determinado monto, pero tener partida no significa que haya plata para cubrir el gasto.

Son sutiles diferencias: si hay partida se puede comprar dejando la deuda registrada y algún día el Estado pagará, sea en esta gestión o en la próxima; si no hay partida, no queda registro de la operación (es lo que se conoce como deuda pinche) y además es ilegal y genera responsabilidades civiles y penales a los funcionarios que compren bienes de esa manera.

La deuda es de 200 millones, de los cuales casi 76 millones están sin registrar; es lo que se llama pinche. Éste es el problema que tienen las autoridades de los hospitales. Necesitan al menos autorización para imputar las compras, aunque no se paguen; la necesidad es poder registrar la deuda no registrada hasta ahora y poder registrar nueva para terminar el año con los insumos básicos en los hospitales.

Curiosamente, después de la reunión entre Álvarez y Gantús, salió el compromiso por los 30 millones de pesos para pagar a los médicos prestadores y evitar el paro y se liberó una partida de 70 millones para que los hospitales pudieran imputar compras, lo que implica que se podrían registrar casi la totalidad de las deudas que aún no tienen asiento contable.

Ahora quedan dos reclamos de los directores de hospitales. Por un lado, poder registrar futuras compras y por el otro poder adelantar algunos pagos. La primera parece ser más sencilla de resolver. La segunda es tratar que Tesorería transfiera plata que ya se debería haber transferido a los hospitales: se trata de una remesa de 105 millones de pesos, que actualmente adeuda Salud a los nosocomios.

Ayer Álvarez decía que la transferencia de esa remesa cubriría el 50% de la deuda, lo que en la práctica es un blanqueo de los 200 millones que los hospitales dicen adeudar. Es decir, se debe plata constante y sonante a los hospitales, pero no hay fondos en las cuentas como para cancelarla toda junta. Con viento a favor podrían recibir una parte de esos 105 millones.

Entonces hay que preguntarse por la posibilidad más factible: ¿Qué haría falta como mínimo para poder cerrar el año? Partidas presupuestarias para poder registrar compra de insumos por 150 millones de pesos más. Nuevamente, no se pide la plata (aunque sería lo ideal), sino el permiso para poder extender una especie de pagaré al proveedor.

Esa negociación juntará en la misma mesa al ministro Gantús y a los directores de hospitales y se iniciará la semana que viene. Muy probablemente el hombre que vigila las cuentas liberará a cuenta gotas esas partidas, para que el gasto no se le escape de las manos; es decir, hacer ajuste sin que nadie le llame así.

Amenaza de paro

A primera hora de la mañana, Ampros salía a esgrimir su amenaza contra las autoridades sanitarias mendocinas: si el lunes no se depositan los salarios, a la 0  del martes los prestadores iniciarán un paro sin asistencia a los lugares de trabajo, hasta que aparezca el depósito en las cuentas de los médicos.

Lo que se les debe a los profesionales son los 30 millones de pesos que ayer el ministro de Hacienda, Juan Gantús, otorgó a Salud para pagar los contratos de locación de servicios de estos profesionales.

Ayer había paro bancario, por lo que no era posible transferir fondos. Hoy sí pero mañana no podría acreditarse porque es el Día del Bancario. La cartera consiguió una prórroga hasta el martes, es decir que hasta el lunes podría gestionar fondos y depositar.

Según Ampros, hay profesionales a los que se les adeudan salarios desde junio; en Salud se indica que es difícil que eso sea cierto a no ser que los propios profesionales se hayan demorado en presentar la factura.

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