Era el partido que todo hincha de Independiente esperaba. Luego de más de un año sin jugar en la Primera División, y tras un año en la B Nacional, el “Rojo” volvía a ese lugar que, por historia, siempre le perteneció. Y la fiesta terminó siendo completa, ya que los de Avellaneda golearon a Atlético de Rafaela en un Libertadores de América que ya se había olvidado lo que significaba golear. Fue 3-0, gracias a los goles convertidos por Federico Mancuello, Francisco Pizzini y Juan Martín Lucero.
Desde un primer momento, se vio un partido con mucho ritmo y entretenido. Y así fue durante los 90 minutos, ya que hubo dos equipos que generaron muchas situaciones de gol, como consecuencia de sus propias virtudes, pero también por los errores defensivos propios. Lo ganó Independiente, y el triunfo es justo. Pero esto es porque contó con la eficacia y contundencia que no tuvo su adversario. Es decir, la única diferencia entre ambos equipos estuvo en las dos áreas, ya que en lo que respecta al trámite del partido, éste fue parejo, con situaciones de gol parejas en ambos arcos.
De hecho, Diego Rodríguez, el ‘1’ local, fue una de las figuras de la cancha. El 3-0 es exagerado por lo que se vio dentro del campo de juego, pero grafica a la perfección la contundencia de uno y de otro. Allí, estuvo la diferencia. Igualmente, más allá de esto, Independiente se mostró como un equipo ofensivo, ambicioso, con circulación de pelota y sociedades. Desde el buen trabajo colectivo, suplió la falta de jugadores de jerarquía.
Es decir, el “Rojo” no tiene un distinto; por lo que buscó llegar al gol a través del juego asociado, y lo consiguió. Todo, con Mancuello (la figura del partido) como eje de un equipo que tuvo a Riaño (uno de los refuerzos) como su principal arma en ofensiva. Por su parte, fue flojo el estreno de Méndez y Lucero, más allá que éste último convirtió el tercer gol, luego de perderse varias situaciones claras.
En este contexto, y dejando en claro que será un equipo que siempre va a ir en búsqueda del arco rival, también se mostró como un elenco desequilibrado, con poca marca en el mediocampo y con claros desacoples defensivos. Esto hizo que Rafaela lo inquiete demasiado y le genere entre seis y siete situaciones claras de gol.
Análisis al margen lo cierto es que el Rojo volvió a Primera con una victoria. Y lo hizo con un interesante estilo de juego, mostrándose con vocación ofensiva. Es muy pronto para hablar de ‘candidaturas’; sin embargo, el “Rojo” podrá serlo si sigue por esta línea de ataque. ¿Y el sector defensivo? Sin dudas, la gran preocupación.
Almirón conforme, pero cauteloso
Si bien el ciclo de Jorge Almirón comenzó con el 'pie derecho' al vencer a Belgrano en la Copa Argentina, la prueba de fuego era la primera fecha, ya que era el retorno, tras 407 días, de Independiente a la máxima categoría del fútbol argentino. Y cumplió de gran manera el ‘Rojo’. “Estoy contento por el triunfo. Trato de ser objetivo, enfrentamos a un rival que va a ser muy duro para todos. Ellos nos complicaron con las pelotas paradas. Intentamos jugar, pero tuvimos errores y ellos nos crearon peligro”, fueron las primeras palabras que esbozó el DT, dejando bien en claro que el resultado no tiene que crear más expectativas que las que merece el partido.
Prosiguiendo con su análisis, el ex Godoy Cruz comentó: “Abrimos el marcador sin ser tan claros. Hay cosas por corregir, pero me quedo, más allá de los errores, por el juego y el carácter que mostraron los chicos. Va a ser duro el campeonato y vamos a tener que estar preparados”.
“Le expliqué a Pizzini los motivos por los que elegí a ese equipo. Quería jugar con dos delanteros que puedan jugar a espaldas de los centrales. Le dije que iba a entrar. Por suerte salió todo redondo”, reconoció el técnico sobre la decisión de no poner de arranque al juvenil, quien fue la figura en el duelo ante el “Pirata”.