"He trabajado en la viña toda mi vida. Hace años la dejé, pero siento que estos cursos me aportan el conocimiento que me faltaba. Sentía curiosidad por conocer los por qué de muchas prácticas que realizaba", reflexionó Félix Carlos, un hombre de Tupungato que recibió su segundo diploma por haber participado del programa de Formación para Viñateros.
Este es el primer curso de capacitación que cuenta con validación oficial. La propuesta -diseñada en conjunto entre la firma Chandon y la Dirección General de Escuelas- tiene dos objetivos centrales.
Por un lado, busca formar recurso humano capacitado para el trabajo de la vid en emprendimientos del Valle de Uco. Por otro, pretende ofrecer a los jóvenes de la región una herramienta que genere otras posibilidades laborales y de aprendizaje.
La iniciativa logró gran convocatoria. Entre los aprendices hay jóvenes que no terminaron sus estudios y quieren inmiscuirse en el mundo de la vitivinicultura, otros que vienen de otras actividades y adultos que han realizado estas labores agrícolas toda la vida o las heredaron de sus padres, pero ahora sienten la necesidad de capacitarse más y reforzar ciertas técnicas. En lo que todos coinciden es en la manifiesta actitud de superación que profesan.
"Los grupos no son para nada homogéneos y esa diversidad le da una riqueza especial a la instancia", apuntó Mario Sonzogni, ingeniero agrónomo de Chandon y quien hace las veces de entrenador. "El objetivo es siempre el mismo: aportar nuevas herramientas laborales y reforzar los contenidos que ellos traen", agregó.
El último fin de semana, los alumnos recibieron los diplomas por haber participado del segundo módulo del programa, Manejo en verde, que enseña a realizar el “desbrote o raleo de brotes” de acuerdo a las finalidades productivas que se requieren.
“Había gente que no sabía ni cómo agarrar una tijera. Antes nadie te explicaba cómo hacer las cosas. A veces el mismo cuadrillero te indicaba rápidamente cómo había que podar o ralear. El tema es que se puede hacer mucho daño a la planta”, comentó don Carlos.
Lo que más le gustó a este tupungatino fue el primer módulo, el cual se llevó a cabo en junio y julio en San Carlos y abordó el tema de la poda. En esta primera instancia participaron más de 30 alumnos y se enseñaron distintos contenidos: los sistemas de conducción, objetivos de la poda, tipos de poda y aspectos de higiene y seguridad correspondiente a esta tarea.
El programa continuará en enero con el módulo de Raleo de Racimos. "Aunque es bueno que los participantes pasen por todas las instancias, los módulos no tienen correlatividad y los interesados se puede sumar en el futuro", apuntó Sonzogni, quien destacó que la DGE le dé un marco legal más contundente al certificado.
Los cursos son gratuitos y abiertos a toda la comunidad, aunque cuentan con cupos limitados dada la especialización de la tarea. El dictado se divide en clases clases teóricas, llevadas a cabo en los Centros de Capacitación para el Trabajo (CCT) de Tupungato y San Carlos. Mientras que las prácticas tienen lugar en emprendimientos de Chandon en Tupungato y San Carlos.
Los profesores son los mismos ingenieros agrónomos y supervisores de viñedos de Chandon. Y el convenio para esta innovadora propuesta educativa fue firmado por las autoridades de la empresa y el director de Educación Técnica y Trabajo de la DGE, Néstor Américo.
Respecto a la necesidad de mano de obra calificada, Sonzogni señaló que la situación ha cambiado muchos desde que la firma desembarcó en el Valle de Uco, hace 20 años.
“Antes, sólo estaban los productores tradicionales con sus firmas. Ahora que hay muchos más emprendimientos vitivinícolas, hay más demanda y competencia entre las empresas. Generalmente, el personal que llega no tiene la destreza práctica y la forma de aprenderlo es en el campo”, agregó.
