Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
El gobierno de Mauricio Macri dio varios pasos en los pocos días de mandato presidencial, dando señales políticas que han generado un aceptable clima social. Mientras tanto, el equipo económico comenzó a dar los pasos necesarios para llegar al levantamiento del cepo cambiario, una verdadera traba para la economía, junto a todo un andamiaje de distorsiones.
Para salir del cepo, el equipo comenzó con una licitación de letras del Banco Central que llevó la tasa de interés a casi 40%, lo que tiende absorber la mayor cantidad de pesos del mercado para que no presionen sobre la demanda de dólares. Además, negociaron con operadores de futuros a fin de evitar tener que pagar emitiendo moneda.
Mientras tanto, negociaron con empresas para tratar de evitar una traslación directa de la devaluación hacia los precios, y acordaron con bancos extranjeros y cerealeras para acumular en el corto plazo unos U$S 10.000 millones, y con el Banco Central de China para transformar yuanes en dólares líquidos.
El andamiaje incluye promesas de ingresos de divisas por anticipo de inversiones que hacen que el equipo económico pueda prever un ingreso de alrededor de 20.000 millones de dólares en las próximas 4 semanas.
En realidad, la unificación del mercado de cambio, la recuperación de la libertad para comprar y vender divisas, así como el levantamiento de las trabas para exportar e importar y la eliminación de las retenciones a las exportaciones (salvo la aplicación gradual a la soja) son solo el primer paso de unos cuanto más que tendrán que darse hasta poder construir una lógica de política económica consistente.
Cadenas de medidas
El gobierno sabe que no puede mantener mucho tiempo las tasas en niveles tan elevados porque van a generar una parálisis del consumo y la producción. Solamente se la acepta como una medida transitoria tendiente a esterilizar una parte importante de los pesos excedentes. Pero para que esto ocurra debería haber una reacción de los inversores, no solo extranjeros sino también nacionales.
En realidad, todas las señales son para que comiencen a ingresar dólares del exterior y otra tanda que pueden estar guardadas en los colchones o cajas de seguridad. Ya hay varios bancos ofreciendo tasas del 5% para colocaciones en dólares (hasta ahora no pagaban interés) a efectos de financiar a empresas exportadoras con tasas cercanas al 7%.
En la medida que puedan ingresar (y eso dependerá de la confianza que las medidas inspiren) se pueden reactivar algunos sectores. Se calcula que el sector inmobiliario y la de la construcción pueden ser uno de los primeros destinatarios de las inversiones que lleguen. Estos sectores fueron los que más sufrieron por el cepo y, seguramente, habrá que esperar que los precios se nivelen en puntos donde se encuentren la oferta y la demanda.
Los demás sectores pueden registrar una recuperación en sus niveles de actividad, pero dependerá de la confianza que pueda generar el gobierno y la solidez de las decisiones de política económica.
Por esto es tan importante se vayan conociendo la política fiscal, para saber de qué manera se irá eliminando el déficit fiscal, la política monetaria, las metas de inflación y todo lo concerniente a dar seguridad a los inversores y los empresarios para que se animen a pensar en el mediano y largo plazo.
Economías regionales
Es muy importante el nivel de respuesta que pueden dar las economías regionales, ya que suelen ser muy dinámicas ante un tipo de cambio competitivo. El caso más típico es el de Mendoza, donde el sector vitivinícola podría dar una respuesta importante para salir del estancamiento en el que había caído en los últimos años.
Algo similar puede ocurrir en sector primario de frutas y hortalizas así como otros sectores, más allá que algunos mercados tradicionales, como Brasil, no tienen una gran capacidad de respuesta por estar inmersos en agudo proceso recesivo mezclado con una crisis política.
Otros sectores podrían recuperarse pero dependerán del crédito disponible y sus costos, pero algunos podrían tener una respuesta más corta, como es el del turismo receptivo. En cambio algunos podrían presentar problemas y son los vinculados al comercio minorista.
Es que hay mucho temor por la traslación que de la devaluación se pueda hacer a los precios. Más allá de algunos acuerdos con empresas para retrotraer precios al 30 de noviembre, el crecimiento del valor de los insumos importados podría hacer que algunos precios se vean impactados. Pero serán muy importantes las decisiones ya que, por una parte, se eliminarán subsidios a los servicios públicos muchos sectores.
Por otra parte se debe decidir el problema de los costos de logística, donde el valor de los combustibles está impactado por la decisión política de que el precio interno del petróleo es el doble del internacional, pero una modificación afectaría las regalías de las provincias, que están complicadas financieramente.
Finalmente queda un capítulo abierto a la influencia internacional. La Reserva Federal decidió esta semana el anunciado aumento de las tasas de interés en un 0,25%, que si bien no es importante, implica romper una suerte de congelamiento que regía desde la crisis de 2008. Si el proceso continúa, impactará en una caída de los precios de las materias primas y devaluación del resto de las monedas.
El problema será la capacidad de respuesta de los consumidores ante estos aumentos y las presiones que puedan ejercer los gremios para no realimentar el proceso de subas de precios. Es un momento donde se apelará a la racionalidad.
Lo cierto es que hay muchas dudas respecto de las medidas que se adopten, los tiempos en que se tomen las decisiones y las respuestas que se obtengan. Recién se ha dado un primer paso y el nivel de respuesta ha sido tranquilo en los primeros días. Si se mantiene así, el tránsito puede ser un poco más tranquilo, pero es mucho lo que queda por recorrer.