Michael Levitt, un investigador angloamericano e israelí, ganador del Premio Nobel de Química junto a Martin Karplus y Arieh Warshel, por el "desarrollo de modelos multiescala para sistemas químicos complejos", criticó el método de las cuarentenas en relación a la pandemia por coronavirus.
Levitt tiene su propio laboratorio de biología estructural en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y desde el 28 de enero de 2020 tiene una sola obsesión: el coronavirus. Es entonces que su equipo de trabajo, con la ayuda de voluntarios de diferentes países, trabaja incesantemente en el análisis de datos relacionados con el virus, con el objetivo de rastrear la evolución de la Covid-19.
Según detalló Infobae, Levitt es severamente crítico con la estrategia elegida por la mayoría de los Gobiernos del mundo para combatir la pandemia y en una entrevista con The Telegraph detalló: "Creo que las cuarentenas no salvaron ninguna vida".
Y luego agregó: "Creo que pueden haber costado vidas. Habrán salvado algunas vidas en accidentes de carretera y en cosas así, pero el daño social por el abuso doméstico, los divorcios, el alcoholismo, ha sido extremo. Y además están los que no fueron tratados por otras enfermedades".
Además sostiene que con algunas recomendaciones puntuales, como usar máscaras desde el comienzo del brote y adoptar ciertas normas de distanciamiento social, se habría obtenido el mismo resultado en términos sanitarios, pero a un costo muy inferior.
"Creo que el verdadero virus fue el virus del pánico", afirmó. Y sentenció: "Por razones que no me quedan claras, creo que los líderes entraron en pánico y la gente entró también, y creo que hubo una gran falta de discusión".
También apuntó contra Neil Ferguson, quien fue el principal asesor del gobierno británico al comienzo de la pandemia y que escribió, junto con otros colegas del Imperial College, un paper que pronosticaba cientos de miles de muertes en el Reino Unido en caso de que no se estableciera una cuarentena.
"Cuando vi la sesión informativa de Ferguson me quedé sorprendido. Era la tasa de mortalidad de un año, el doble de la normal. Cuando lo vi, dije inmediatamente que estaba completamente equivocado. Creo que Ferguson la sobreestimó 10 o 12 veces. Deberíamos haber visto de China que un virus nunca crece exponencialmente. Desde el primer caso, el crecimiento exponencial en realidad se desacelera muy dramáticamente", explicó de manera contundente.
"Hay un gran número de personas que son asintomáticas, así que me imagino seriamente que para cuando la cuarentena se introdujo finalmente en el Reino Unido, el virus ya estaba ampliamente extendido. Podrían haber permanecido abiertos como Suecia en ese momento y no habría pasado nada", continuó explicando al respecto.
"No hay duda de que se puede detener una epidemia con la cuarentena, pero es un arma muy desafilada y muy medieval. Podría haberse detenido con la misma eficacia con otras medidas sensatas", agregó. "No creo que nada haya detenido realmente al virus en Europa, salvo algún tipo de agotamiento".
El químico aprovechó la situación y criticó a quienes lo cuestionan por hablar sin ser epidemiólogo, sin embargo recalcó la importancia de que haya un debate abierto en torno a la pandemia y a las estrategias para combatirla: "Me dijeron en numerosas ocasiones 'no eres epidemiólogo, cállate'. Realmente no me importa. Solo estaba mirando los números. Estaba mirando el crucero (Diamond Princess), mirando a Wuhan. El mismo número se mantuvo en estos lugares". Terminó agregando: "Muchas cosas salieron mal, pero creo que lo principal es que solo necesitábamos pensar y discutir las cosas un poco".
Levitt además apuntó contra los médicos que en algún momento acudieron a los medios de comunicación para alarmar a la población: "El problema con los epidemiólogos es que sienten que su trabajo es asustar a la gente para que se encierre, para que se distancie socialmente. Así que dicen 'va a haber un millón de muertes', y cuando solo hay 25.000 dicen 'es bueno que hayan escuchado mi consejo'. Esto sucedió con el ébola y con la gripe aviar. Es solo parte de la locura".
Por último se refirió a cómo vive él personalmente la pandemia, considerando que por su edad pertenece a un grupo de riesgo en caso de contraer el virus. "Tengo 73 años y me siento muy joven. No me importa el riesgo en absoluto. A medida que envejeces, el riesgo de morir por una enfermedad es tan alto que es el momento de comprar una motocicleta, ¡ir a esquiar!".