Una mínima esperanza de poder pelear por el quinto puesto quedaba en el pecho de los hinchas de Independiente que fueron a la cancha. Esa pequeña luz de ilusión se apagó rápido, ya que la derrota ante Unión dejó a la Lepra afuera de la pelea, aunque los números digan que todavía no hay que desconectarle el respirador artificial.
El arranque de Independiente fue alentador, controlando el balón y generando sociedades interesantes entre Ezequiel Pérez y Leandro Velázquez, pero antes de los 15 minutos llegó un centro desde la derecha y Enrique Triverio dejó en silencio a un Bautista Gargantini que hasta el momento alentaba.
Ese gol golpeó a Independiente y podrían haber llegado un par más de goles tatengues, pero la mala puntería y un par de buenas intervenciones de Scapparoni hicieron que el partido se mantuviera con el mismo marcador.
De a poco la Lepra comenzó a despertarse de la mano de Carlos Rearte, que con dos jugadas se erigió como el jugador más ofensivo del local, aunque la más clara la tuvo Hernán Gautier, después de una exquisita asistencia del “Negro” Pérez, pero0 el delantero definió débil ante la salida de Nereo Fernández.
En la segunda parte todo siguió de la misma manera, ya que Unión le entregó campo y pelota a Independiente para aprovechar algún contragolpe y casi le sale bien, porque Scapparoni volvió a tapar dos mano a mano.
Garnero probó con variantes que no dieron resultado, ya que el equipo no cambió el ritmo y no tuvo la frescura necesaria para atropellar al rival.
La Lepra no tuvo ideas para entrarle a un Unión que se aseguró el 90% del ascenso, mientras que Independiente sigue sumergido en una crisis que parece no tener fin.