Miguel Ángel García, de 29 años y con cinco dentro de la fuerza policial integrando la Unidad Motorizada de Acción Rápida, ayer cerca de las 14 emprendió una persecución cuando en San Martin y Godoy, de Las Heras, una moto Honda, con dos ocupantes eludió un control vial, y terminó muriendo en el cumplimiento del deber minutos más tarde.
Fueron unas veinte cuadras (con varios quiebres) hasta ingresar al barrio Cementista II, cuando en la esquina de Bombal y Los Tilos se produjo un choque entre ambas motos que provocó que el efectivo, tras cruzar el cordón, golpeara fuertemente con su cabeza contra un árbol.
Su cuerpo fue despedido y terminó dentro de una profunda acequia de hormigón, mientras que la pesada moto enduro calle BMW 600 cc terminó a varios metros del lugar.
Fernando Bosio y un médico, ambos vecinos del barrio, fueron los primeros en auxiliar al policía. Entre los dos y otro efectivo policial (el auxiliar 1º Mario Escudero, que acompañaba a García en la persecución), lo sacaron de la cuneta y lo ubicaron a un costado de la calle asfaltada.
El auxilio
"La ambulancia tardó bastante, pero al final lo pudimos subir. Estaba con vida, pero sangraba mucho por la boca y la nariz", agregó Bosio.
En pocos minutos el lugar se vio alterado por la presencia de móviles que buscaron a los ocupantes de la moto en fuga.
Uno tomó hacia el norte por Los Tilos y terminó siendo detenido un par de cuadras más adelante, más precisamente en calle Videla.
El otro optó por continuar la huida, a la carrera, por Bombal (por donde venía, en dirección oeste) para después de cruzar Boulogne Sur Mer, meterse en el barrio San Martín.
Precisamente en ese conglomerado se montó un importante operativo, según lo confirmado por el comisario Angel Fava. El jefe de la Departamental de Las Heras afirmó también que al detenido no se le encontró arma alguna, "por lo que sospechamos que el prófugo está armado", mientras otra fuente consultada aseguró que si bien el hombre "ya ha sido identificado", hasta anoche "no había sido detenido".
También trascendió que la moto (Honda 125 cc) tendría sus "papeles" en regla, es decir que no era robada, por lo que ya se conocería el nombre del propietario.
Según los dichos de una mujer que vive cerca del escenario, "se escucharon dos o tres tiros", pero sin que pudiera precisar desde dónde partieron. En el otro extremo, en el hall del hospital Central, un familiar del joven policía aseguraba que al uniformado le habían disparado. "Le dieron un tiro en la cabeza…", denunció. Algo que anoche quedó totalmente descartado cuando se conoció el informe de los forenses.
45 minutos después
El uniformado García llegó al hospital Central y, pese al esfuerzo de los facultativos, murió a las 14.45.
Desde ese centro asistencial, el jefe de la fuerza, comisario Juan Carlos Caleri (donde también se hizo presente el ministro Comperatore) dijo que será el Cuerpo Médico Forense el que determine si entre las lesiones que presenta el uniformado hay una compatible con un disparo que habría recibido durante la persecución y que provocó que el hombre perdiera el dominio de su moto.
A un costado de la calle también había quedado detenida la moto Honda de 125 cc que ocupaban los dos sujetos, curiosamente porque la cadena de tracción estaba cortada.
Metros más adelante, sobre el pavimento, e identificados por conos amarillos que había distribuido la Policía Científica, se podían observar el casco del policía, con la mica quebrada por el impacto, junto al chaleco antibala impregnado de sangre y una radio aún con su frecuencia abierta, que nadie, por respeto, se animó a silenciar.
El velatorio en el Ministerio
Anoche, después del trámite en el Cuerpo Médico Forense que descartó que el policía tuviera algún impacto de bala, sus restos comenzaron a ser velados en el hall central del Ministerio de Seguridad, esperando para hoy, en la mañana, que sea sepultado en el Parque de Descanso.
El auxiliar Miguel Angel García, quien cayera en cumplimiento del deber, tenía 29 años y desde hace un lustro integraba la UMAR (Unidad Motorizada de Acción Rápida), estaba casado, tenía un hijo de 5 años y su esposa se encuentra embarazada ya con fecha prevista para el parto.
En febrero, otro hecho
Fue, como ahora, un día 14, pero del mes de febrero de este año, cuando en un golpe comando de gran efectividad, varios delincuentes ingresaron al hospital Perrupato, le dispararon a un joven policía y rescataron a un detenido que estaba hospitalizado.
El policía -Jonathan Funes Fernández (24)- recibió un disparo en la zona intercostal y fue operado de inmediato, aunque murió minutos más tarde, lo que produjo, como ahora,una gran conmoción en la fuerza.
Desde el año 2008 que en la provincia no se registraba un hecho de estas características, cuando tres presos escaparon del hospital Lagomaggiore de Ciudad previo matar a un penitenciario.