“Un proyecto con un principio pero sin un fin. Cada 15 días se actualiza el contenido con un nuevo libro que va ampliando el catálogo. Hasta que se agote la inspiración o se acabe el mundo. Lo que ocurra primero”. Así se presenta el blog creado por Mauco Sosa para desplegar una serie de libros originales que componen su propia biblioteca digital.
Y no es de extrañar que la obra de este poeta gráfico nos haya visitado en una sala de arte (estuvo en el ciclo Verano 2015 del Le Parc) con el despliegue objetual de un artista plástico. Es que Poeta Gráfico se debe pensar en ese enclave: heredero de las vanguardias pictóricas, formado en museos de arte moderno, fogueado en la publicidad y la contemporánea comunicación visual.
Muchos parentescos hay entre su catálogo y la línea de la poesía concreta. Se trata de una poesía racionalizada, que practica un análisis matemático y hasta científico del lenguaje. Aboga por el fin del verso como unidad rítmica y formal, en pos de una toma del espacio gráfico todo.
Sosa usa distintos recursos visuales, influidos por el arte de su tiempo: la disposición geométrica de las palabras en la página, la aplicación de colores y de diferentes tipos de letras, la disposición de los signos en la página que alteran la linealidad como forma de la progresión de la poesía, poemas que tienen distintas direcciones de sentido más allá de lo sintagmático.
Ahora, PG es de algún modo una muestra antológica. La idea, entonces, es usar el espacio físico. Desplegar su poesía en las paredes donde cada obra pueda jugar, permitiese la concentración y a la vez caminar como si se paseara dentro de un poema. Así, se potencia el aspecto sensorial de los textos, su cualidad casi táctil.
Mauco explica: “La poesía visual es un lenguaje híbrido, que viene marcado por la relación horizontal entre el contenido textual y el contenido visual.
La imagen se desvincula de su tradición ilustrativa y pasa a conformar una unidad de sentido con el texto. Tanto es así que es imposible desvincularlas sin perder algo esencial del relato”.
La propuesta de Sosa podría definirse, entonces, como "poesía visual", para dar cuenta de la especificidad de estos textos que exploran lo plástico de la poesía, al mismo tiempo que navegan en lo conceptual.
Cuenta que lo que le ha seducido, íntimamente, es que “dentro de esta relación, de este juego de pares, se puede encontrar un sinfín de posibilidades para enriquecer el significado de lo que se busca decir.
Los caminos expresivos son verdaderamente fértiles cuando hay tantos elementos participando, y dotando de sentido al conjunto. Y esto permite generar múltiples puestas en escena que ayudan a darle personalidad a cada uno de los mensajes”.
Sin embargo, la relación entre el creador y el nombre del sitio no es tan obvia: "La poesía visual nunca fue un punto de partida para mí, sino más bien un puerto de llegada. La intención primaria de estos trabajos fue integrar mi conocimiento sobre el lenguaje visual y el escrito. Un proceso de experimentación muy libre, donde tanto la imagen cómo el texto comparten protagonismo y generan diferentes estructuras de sentido.
Luego de un tiempo me dí cuenta que lo que estaba haciendo se emparentaba mucho con la tradición de poesía visual, pero esa no fue nunca una pretensión por mi parte".
Piensa que todo esto surgió, más bien, de una necesidad de abrir el campo expresivo de la poesía y la ilustración, que no quedaran ya encerradas en sí mismas.
“Generar un territorio común donde poder moverme con libertad. Y darle a todo un poder simbólico: es por esto que los libros trabajan con un criterio muy sintético, dónde se intenta comunicar con la mayor economía de recursos. De ese planteo deriva la elección del riguroso blanco y negro, y de la corta extensión de las obras”.
El pensamiento sobre el espacio, propio de la poesía concreta y del dibujo, se concentra y lleva aquí su propio sello.
Del mismo modo, los textos de Mauco intentan alejarse de cualquier ‘encuadernamiento’.