Un país acosado por desastres naturales

Un país acosado por desastres naturales

Inundaciones, incendios forestales, erupciones volcánicas y ahora un potente terremoto seguido de alerta de tsunami. Los chilenos han enfrentado durante este año casi todas las tragedias conocidas, en un país con una loca geografía y una población acostumbrada a volver a levantarse.

En víspera de las fiestas patrias, la celebración más esperada por los chilenos, la tierra volvió a moverse.

El potente terremoto de 8,3 grados de magnitud, seguido de un alerta de tsunami y olas de hasta 5 metros de altura que devastaron sectores costeros, les recordó una vez más a los chilenos que viven en uno de los países más sísmicos del mundo.

El terremoto, que dejaba hasta ayer 11 muertos, fue considerado por las autoridades como el sexto más potente en la historia del país y el de mayor magnitud en el mundo en lo que va de 2015.

“Se trata de un terremoto de gran magnitud, que lo ubica como el más potente que ha tenido el mundo este 2015, pero los chilenos estamos acostumbrados”, dijo el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos, al entregar un balance oficial.

Zona castigada

El sismo tuvo su epicentro 42 km al oeste de la localidad de Canela Baja, en la región de Coquimbo, en el norte chileno, cerca de la zona que en marzo sufrió varios aluviones que dejaron más de 30 muertos tras intensas lluvias en un aérea desértica que padecía de una persistente sequía.

Los poblados arrasados por el barro se ven ahora en localidades costeras como Tongoy y Con Con, donde su borde fue borrado por el “tren” de olas que siguió al potente terremoto del miércoles.

Las imágenes de devastación, aunque en menor magnitud, hicieron recordar lo vivido la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando un terremoto de 8,8 grados de magnitud, seguido de un tsunami, azotó el sur de Chile, dejando más de 500 víctimas.

Otro terremoto, de 8,2 grados, se sintió también en el norte chileno en abril del año pasado, causando 6 muertes.

Durante este año, además, los chilenos debieron hacer frente a un nuevo incendio forestal en el puerto de Valparaíso, y la erupción sin víctimas fatales ni mayores daños que lamentar de los volcanes Villarrica y Calbuco, en el sur del país.

Lecciones aprendidas

Durante el terremoto de febrero de 2010, la mayoría de los habitantes del borde costero de Chile no evacuó hacia sectores altos, siendo arrasados por las olas.

Ahora, sin embargo, un millón de personas se movilizaron en todo el país en la más absoluta calma, señal de las lecciones aprendidas del pasado reciente.

“Nuestro país tiene estándares de construcción que han permitido que la infraestructura respondiera adecuadamente”, comentó la presidenta Michelle Bachelet, al entregar un último balance oficial.

En Santiago, donde el sismo se sintió fuerte en plena hora pico de la tarde, tampoco se generaron mayores complejidades, aunque sí se repitieron escenas de pánico entre la población, pese a convivir con sismos casi a diario.

En Chile, la mayoría de los sismos están relacionados al movimiento convergente de la placa de Nazca y la Sudamericana, que se comprimen entre sí y acumulan una gran cantidad de energía.

El país, de casi 5.000 km de extensión, alberga también en el norte al desierto de Atacama, el más árido del mundo, mientras que en todo su territorio se concentran 90 volcanes activos.

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