El mensaje de la Iglesia quedó plasmado en un comunicado que emitió recientemente la Conferencia Episcopal Argentina instando al Estado a "crear condiciones objetivas, dando garantía al acto eleccionario".
También pidieron los obispos que los candidatos presidenciales presenten "con claridad" sus plataformas, propuestas e ideas y elevaron su exigencia reclamando de ellos, además, un digno marco de respeto ante sus ocasionales adversarios.
Cabe destacar que esta declaración del Episcopado tomó notoriedad a raíz de la lamentable experiencia de las elecciones provinciales de Tucumán, que desnudaron no sólo falencias sino comprobables acciones fraudulentas, que nunca se disiparon a pesar del recuento final de los votos y de la proclamación de un nuevo gobernador para esa provincia norteña.
Además, estas apreciaciones eclesiásticas estuvieron en línea con declaraciones formuladas por un alto miembro de la Cámara Nacional Electoral, que reconoció que hay provincias que no se encuentran "capacitadas" para encarar procesos electorales por su cuenta.
En el documento dado a conocer, titulado "Elecciones, servicio al bien común", la Iglesia argentina advierte que la democracia "sin valores y sin ejemplaridad se empobrece", concepto absolutamente cierto, puesto que la vida democrática de un país no sólo se debe valer de una convocatoria periódica al voto, sino que ese llamado a las urnas tiene que constituir una total garantía de que lo que los ciudadanos expresen arroje resultados acorde con esas pretensiones.
En cambio, el fraude, el clientelismo y otras acciones tendientes a dirigir el voto hacia determinados intereses no hacen otra cosa que transformar a la democracia en una pantalla para el beneficio de unos pocos, que se valen del poder para satisfacer sus intereses personales o sectoriales.
En su documento los obispos también lamentan que los argentinos hayan "asistido a un clima de agravios, sospechas y denuncias que debilitan la credibilidad de personas e instituciones. Frente a ello sólo cabe recomponer una actitud de respeto, de diálogo sincero y de participación comprometida", señalaron en una evaluación de lo que ha sido el proceso electoral actual en los últimos meses.
Esta última fue otra advertencia oportuna, puesto que una amplia mayoría de argentinos, a través de las encuestas y mediante redes sociales, ha venido expresando su deseo de que, sea cual fuere el signo político del próximo presidente, las políticas públicas sean implementadas en lo sucesivo a partir de un ejercicio más moderado del poder, lejos del estilo excesivamente personalista que durante los últimos años ha caracterizado al kirchnerismo en la administración del Estado.
Transparencia y respeto, dos requerimientos oportunos de la Iglesia de nuestro país que resuenan con fuerza en momentos en que la democracia argentina, que arrancó su etapa de anhelada consolidación hace más de tres décadas, sigue amparándose en vicios y mañas arraigadas que comienzan a carcomer su estructura.
Dos requerimientos que deberían ser muy tenidos en cuenta el domingo 25 por quienes concurran a votar, para que puedan elegir sabiamente a quienes deben conducir los destinos del país en los próximos años.