En el Monumental se desplegó un operativo de seguridad que contó con 1.300 efectivos policiales y 550 de seguridad privada. En la previa, sólo se vendieron entradas a hinchas visitantes con pasaporte, para impedir que se concretara la amenaza de ‘infiltrados’, como se había amenazado en los días previos por parte e hincha de Boca.
Además, el club pidió a sus hinchas que no hubiese bengalas ni cánticos xenófobos. La capacidad del Monumental de Núñez se vio colmada, con casi los 62 mil hinchas que se esperaban para ver a su equipo en esta instancia del certamen continental casi una década después, por eso y luego de lo sucedido el jueves en la cancha de Boca, las medidas de seguridad serán extremas.
En las afueras, fueron 1.650 efectivos los que participaron del operativo custodiando los alrededores y el interior del estadio. Además de los 1300 policías, fueron 500 los efectivos de seguridad privada y 50 del club para el encuentro, 350 más que los usados en el Superclásico.
Para evitar inconvenientes y sanciones, el club hizo un llamado público a través de las redes sociales que no se prendan bengalas ni se entonen cantos xenófobos contra Boca. Además, solo le vendió entradas a socios y a miembros de “Somos River”.
De esta manera todas tuvieron los nombres de los compradores para evitar que hubiese infiltrados, algo que se insinuó en los últimos días. A Cruzeiro se le otorgaron 1.750 tickets que fueron comercializados en Brasil o en el hotel donde concentraba el plantel y solo se podían retirar con documento o pasaporte.
A los pedidos y mensajes de paz de la previa, los riverplatenses obedecieron. Marcando una gran diferencia a lo que fue el Superclásico, los fanáticos decidieron cambiar los fuegos artificiales por un juego de luces con los celulares. Luego de que saliera el equipo, se unieron en cánticos para el rival de toda la vida: “El que no salta abandonó” y “nosotros alentamos, gas pimienta no tiramos”.
Otra alerta
En la previa había preocupación por la posible aparición de fanáticos 'xeneizes' y luego se agregó una nueva alerta: hinchas de San Lorenzo que acompañarían a los brasileños por una 'amistad'que los une hace años, pero nada de eso ocurrió.
