“En el 2008 falleció mi padre (Miguel) y todo se vino abajo en mi familia. Había que salir adelante como fuese”, recuerda el pibe nacido en el Barrio Villa del Parque.
Ángel González debió crecer de golpe. Y a los golpes. Nada fue fácil en su infancia para este chico de 20 años convertido hoy en jugador profesional.
El dinero no sobraba en casa, por eso se arremango y salió a buscar el mango para ayudar a su mamá y sus cuatro hermanos. “Era difícil y duro el momento. Hacía changas en la construcción. Iba a colaborar, como ayudante de albañil. No quedaba otra”, cuenta sobre esos días donde el fútbol sólo era un sueño. “Es mejor estar dentro de una cancha”, agrega con una sonrisa.
Fue una época de vacas flacas, donde la vieja elegía y priorizaba un plato de comida para él. “Muchas veces dejaba cosas de lado para que a mí no me faltara el plato en la mesa. Siempre pensando en estar bien para cuando me tocara jugar al fútbol”.
Ángel ya daba sus primeros pasos en fútbol de salón, hasta que en 2011 lo vieron de Godoy Cruz y comenzó a sobresalir en las divisiones inferiores. Todo cambió para mejor futbolísticamente.
Llegó el tiempo en que la vieja partió a España (uno de sus hermanos está allá) buscando un progreso económico y un mejor futuro, por eso el mediocampista vive con dos de sus hermanos.
Ahora, con el primer contrato firmado con Godoy Cruz y viendo otro dinero, quiere su regreso para devolverle tanto amor. “Tengo muchas ganas de que vuelva a Mendoza, ahora puedo ayudarla y estoy mejor. Ojalá que pueda tenerla conmigo”.
-Me imagino que fue muy duro perder a tu papá siendo tan chico.
-Sí, sin dudas. Él siempre me apoyaba cuando yo decía que quería ser jugador de fútbol. Fue muy duro, pero yo me mentalicé en que tenía que triunfar. La familia fue un sostén fundamental, en todo momento me dio fuerzas para salir adelante. No era una buena época, pero me ayudaron y todo es mérito de mi mamá y mis hermanos. Por suerte pude salir del pozo y todo lo que tengo o soy, se los debo a ellos.
-¿Siempre hay un recordatorio para el viejo en cada partido?
-Nunca me olvido, en cada partido me acuerdo de mi papá. Desde que jugaba en inferiores, pasando por la Reserva y en los amistosos que me tocó jugar en el equipo de Primera. Obviamente que este sábado también será muy especial. No tengo dudas que estaría orgulloso de mí.
-¿Pudiste estudiar? Siendo que tuviste que salir a trabajar y la plata no alcanzaba.
-Sí, por suerte terminé la secundaria. Por eso decía que el apoyo que me dio mi familia fue muy importante. Sin embargo en mi cabeza siempre estaba la idea de ser futbolista, yo me ilusionaba con triunfar.
-¿Te vas a quedar sólo con esto?
-No, ahora quiero también estudiar inglés, me gusta y por ahí en poco tiempo más arranco. Es algo que me interesa pensando en el futuro.
Las malas parecen haber pasado en la vida de Ángel. El fútbol y el Expreso le están dando una enorme revancha. Y él la esta aprovechando al máximo, luchando como siempre. Porque el sábado cumplirá el gran sueño de debutar en el fútbol grande de nuestro país con la casaca del Bodeguero. Nada más y nada menos.
-Hoy estás viviendo un momento único, muy esperado después de tanto sufrimiento.
- La verdad es que estoy muy feliz. He luchado mucho para llegar a este momento, como cualquiera que deja de lado cosas en busca de un objetivo. Es el sueño cumplido de toda la vida. Además soy hincha de Godoy Cruz. Más no puedo pedir.
-Se te ve muy aplomado a la hora de jugar. ¿Siempre sos así?
-Juego con mucha tranquilidad. Me tengo mucha confianza dentro de la cancha. Quiero jugar y no salir más del equipo. Estoy acostumbrado a lucharla.
