Días pasados, a través de una nota en el suplemento Fincas de este diario, pudo conocerse que el Departamento General de Irrigación está impulsando la puesta a prueba de un nuevo sistema de riego que permitirá un ahorro importante en el consumo de agua en las fincas.
La iniciativa es más que interesante y necesitará de un cambio cultural importante entre los propios beneficiarios, es decir, los productores.
Es el momento adecuado para poner en marcha el nuevo concepto en razón de que, aun a pesar de que los grandes reservorios (los diques) se encuentran con cantidades importantes de agua, también se sabe que la emergencia hídrica se mantiene ya que así lo consideran los pronósticos de los especialistas en el tema.
Todos sabemos que Mendoza se encuentra inserta dentro de un clima semidesértico, con escasas precipitaciones pluviales, lo que obliga a revalorizar el agua proveniente de los deshielos cordilleranos.
Si bien es cierto que se ha avanzado mucho en el tema, con la construcción de grandes diques a lo largo de los ríos que conforman los tres oasis productivos, no es menos real que el aumento de la población urbana, con niveles de consumo muy superiores a la media en el orden mundial, va en detrimento de los sectores productivos, en razón de que se debe otorgar prioridad al consumo humano.
A esos aspectos debe sumarse el hecho de que recién en los últimos años se está advirtiendo un cambio importante en el modo de riego en las fincas, aunque todavía persisten quienes piensan que el riego "a manto" sigue siendo el más importante.
En el curso de un reciente congreso internacional especializado sobre la materia, un científico mendocino, en base a los estudios realizados por el Conicet, alertó sobre la gravedad de la situación y efectuó un llamado a desarrollar y utilizar energías alternativas, a la vez que destacó la continuidad de la crisis hídrica por séptimo año consecutivo por la que atraviesa la provincia.
Si nos atenemos a lo que ha sucedido en los últimos años, debemos aceptar que se ha producido un cambio importante en lo que al cuidado del agua se refiere.
Especialmente en los grandes emprendimientos en el Valle de Uco y en las zonas "altas" de los ríos, donde se ha priorizado el riego por goteo. Si bien la inversión que deben realizar los productores es importante, con el correr de los años se amortizan rápidamente porque se facilita y se alcanzan ahorros importantes en el mantenimiento y cuidado de los cultivos.
También debemos advertir que el cuidado del agua no es un tema que atañe solamente a la provincia.
Es dable señalar que en algunas zonas de España (en Barcelona) y en el Sur de Francia (en el Bajo del Ródano) se ha implementado un sistema en el cual el agua se junta en grandes reservorios y desde allí es distribuida a las fincas a través de grandes cañerías.
Cada finquero cuenta en su propiedad con una llave que, al abrirla, permite el ingreso del agua, la que es medida con un elemento especial. De esa forma, el finquero termina pagando sólo por el agua que consume y se encarga, por ende, de utilizar sólo el agua necesaria dentro de la finca.
Si nos atenemos al anuncio, el sistema impulsado para sectores de Tupungato y del Lavalle es similar al apuntado y puede dar buenos resultados, si tenemos en cuenta lo señalado por un funcionario de Gestión Hídrica, quien especificó que si bien el sistema de riego por turnos funciona bien, hay diversidad de cultivos, de necesidades y de suelos que son muy variables, por lo que "cada parcela es un traje a medida".
Todo lo que se haga a favor del cuidado y ahorro de agua en la provincia debe ser bienvenido, como lo son las distintas iniciativas destinadas a alcanzar esos objetivos.