Un nuevo grito verde se hizo sentir en el Congreso de la Nación

Historias de manifestantes a favor del proyecto de la legalización del aborto. A metros, un grupo de "provida" también se hizo presente.

Un nuevo grito verde se hizo sentir en el Congreso de la Nación
Un nuevo grito verde se hizo sentir en el Congreso de la Nación

Lourdes llega a la marcha para apoyar la octava presentación del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y saca de su cartera un rosario verde. Le da varias vueltas alrededor de su muñeca izquierda y lo aprieta fuerte, como para no perderlo. Como tampoco pierde la fe en Dios a pesar de apoyar esta iniciativa.

"La religión no tiene nada que ver. Hay que respetar lo que la mujer quiera, entender que el otro es el otro y yo soy yo", dice la joven de 20 años oriunda de Río Negro, que estudia en Capital Federal y vino a acompañar a sus dos amigas. Las tres chicas se sumaron a la caravana de personas que se disponían sobre la avenida Rivadavia al 1800 para hacer llegar el calor de la calle a los diputados que presentaban el proyecto en el anexo de la Cámara Baja.


    Federico López Claro
Federico López Claro

Más tarde, Lourdes contará a este medio que el rosario pintado de color verde se lo hizo su tía y que le costó mucho deconstruir a su entorno, al que definirá como "provida". "Soy la oveja negra de la familia. Me costó mucho lograr cierta apertura, me decían que no tenía idea de la vida", cuenta la chica, que estrenó pañuelo -cotizaba a 50 pesos- en el día internacional de acción por la salud de las mujeres-.

A metros del escenario que descansaba sobre las calles Combate de los Pozos y Rivadavia, Lorena, de 42 años, carga en los hombros a su hija de tres años, Olivia, que lleva los cachetes dibujados con glitter verde (una especie de purpurina en gel), y un chupetín gigante en la mano, mientras resuenan los bombos de las organizaciones sociales que apoyan la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.


    Federico López Claro
Federico López Claro

"La fui a buscar al jardín y nos vinimos. No es la primera vez que participamos juntas de una marcha, siempre la traigo", dice la mujer mientras ponían énfasis en que el proyecto sobre la legalización del aborto "debe salir" este año, en sintonía con lo que expusieron más tarde los 70 diputados firmantes del nuevo proyecto.

Sobre la acera, mientras los vendedores ambulantes ofrecen desde chipá a 30 pesos, cerveza a 80 (o 2 por 160), sándwiches vegetarianos a 60 pesos y cientos de adolescentes toman mate sentados en la calle, tres generaciones de mujeres porteñas hacen acto de presencia por primera vez este martes en el Congreso de la Nación.

"Tiene que ser ley, por mi hija, por mi hermana, por todas", afirma Tatiana de 19 años, junto su madre y su pequeña hija Katia, de un año, todas con sus respectivos pañuelos apostados en el pecho.


    Federico López Claro
Federico López Claro

En tanto, Lucía, adolescente de pañuelo verde en la cabeza, a modo de vincha, sostiene un cartel que preparó para esta ocasión en la Plaza del Congreso, sobre la avenida Entre Ríos. "Me querés santa, me querés tuya, me tenés harta". Así la joven se sumaba al pedido del aborto legal para "que deje de ser inseguro" y contaba que muchas veces se tuvo que enfrentar a los pruritos que pone la sociedad por el hecho de tener 19 años. "No es que no estoy informada, que no sé nada, que no sé lo que quiero. Quiero esto, quiero que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo", explica.


    Federico López Claro
Federico López Claro

También sobre la avenida Entre Ríos, pero en la esquina de Hipólito Yrigoyen, un puñado de personas, pañuelos celestes en mano, protestan detrás de un vallado policial. Allí Cecilia junto a su hija Julia explican que tuvieron que esconder el pañuelo celeste hasta llegar a la Plaza. "Hay mucha intolerancia por el que piensa distinto", apuntó la vecina del barrio de Palermo.


    Federico López Claro
Federico López Claro

En la misma cuadra, Ariel lleva doble pañuelo: el naranja, que pide la separación de la Iglesia del Estado y el verde, en apoyo a la IVE. Tiene 40 años y contará que vino para acompañar por primera vez a su compañera Patricia.

"Me parece medio triste que en 2019 haya que estar debatiendo una ley que hace rato tendría que haber sido impulsada", asegura el muchacho.

En tanto, Patricia espera que este año "sea ley": "Tengo 46 años y lo tengo en la cabeza desde mi adolescencia. Tenemos que lograr la potestad de nuestro propio cuerpo, que nos dejen ser mayores de edad. Acá estamos, quizás hace 20 años no lo hubiera soñado.Pero estamos".

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