Mientras la Policía y la Fiscalía de Homicidios siguen buscando al prófugo que tiene la causa, este viernes se concretó un nuevo arresto por el crimen del carpintero Juan Carlos Moya (62) en Guaymallén, ocurrido hace dos años durante un asalto. Ya son tres los detenidos por el caso, mientras intentan capturar al cuarto.
El último sospechoso fue detenido durante esta mañana. Uniformados lo sorprendieron saliendo de su casa en Guaymallén, e inmediatamente lo trasladaron a la comisaría. A través de nuevas pruebas los investigadores lograron involucrarlo en el hecho, y este sábado el fiscal Gustavo Pirrello lo imputará como coautor de un homicidio criminis causa-matar para ocultar otro delito-, con pena única de perpetua.
Este hombre es íntimo amigo de Diego Vildoza (42), quien está acusado en la causa pero aún no ha sido detenido. Incluso la Justicia puso a disposición $200.000 de recompensa para quien aporte datos certeros de su paradero, en paralelo a que su abogado buscó asegurarle el mantenimiento de libertad, aunque sin éxito .
Vildoza y el nuevo acusado están sindicados en casos de estafas en la compra y venta de vehículos.
Quienes ya se encuentran en prisión por el crimen son Francisco Agüero y Lucas Villanueva,
Asesinado en su casa durante un asalto.
Juan Carlos Moya fue asesinado el 4 de noviembre de 2017 en Villa Nueva,. La víctima se encontraba durmiendo la siesta en su vivienda de calle Gutenberg al 900, cuando sujetos llegaron con la excusa de pedirle un presupuesto por sus labores de carpintería.
Los falsos clientes fueron recibidos por el hijo de Moya y, mientras su padre se levantaba, se encontró con los ladrones armados en su habitación.
Los delincuentes tenían el dato de que el carpintero había cobrado 20.000 pesos por un trabajo reciente y, ni bien lo vieron, le pidieron esa suma. El hombre se resistió al asalto y agarró un machete para defenderse, pero en ese intento recibió un disparo en una pierna y otro en el pecho, que fue fulminante.
La pistola y el primer sospechoso
Cuando los delincuentes escapaban de la vivienda de Moya, su hijo les arrebató el arma de fuego que llevaban. Este muchacho los persiguió y hasta les disparó, aunque sin lograr herir a nadie.
La pistola calibre 9 milímetros quedó en poder de la Justicia y se transformaría en un elemento clave en la investigación. Los pesquisas comenzaron a rastrear su origen y supieron que había sido utilizada por un hombre que había baleado a otro meses antes en Guaymallén.
Esta persona fue identificada como Pedro Mercado, quien quedaría detenido por el homicidio. Sus características físicas coincidían con los autores del crimen. Sin embargo, el hijo del carpintero fue a una rueda de reconocimiento y no lo señaló.
Ante esto, el acusado quedó en libertad por un tiempo pero, por la declaración de algunos vecinos de la víctima, volvería a quedar preso. En ese momento Mercado se quebró y decidió declarar, detallando cómo había llegado a sus manos el arma.
El por entonces imputado reconoció haber baleado a una persona y aseguró que, tras eso, le entregó la pistola a Vildoza, Agüero y Villanueva, a quienes los detectives vincularon a través de escuchas telefónicas.
Detenido, liberado y prófugo
Los nuevos acusados fueron rápidamente arrestados, aunque Vildoza estaría poco tiempo en prisión. En una audiencia logró la libertad presentando la coartada de que el día del asesinato no se había movido de su casa del barrio Urundel de Godoy Cruz, por el festejo de cumpleaños de su hijo.
Mientras Villanueva y Agüero estaban con prisión preventiva, el fiscal Gustavo Pirrello encontró más pruebas para implicar a Vildoza y solicitó otra vez su detención. Pero esta vez el arresto nunca se concretó y desde principios de año está prófugo.