El 2014 fue un año que todo hincha, dirigente y jugador de Independiente, quieren borrar. No sólo que se perdió una chance histórica de poder ascender a Primera División; la institución cayó en una crisis que lo dejó muy expuesto.
Por esa razón es que la Lepra quiere arrancar este 2015 de una manera diferente, con aires de cambio. Por eso necesitaba aire fresco, un recambio tanto de la dirigencia como de futbolistas y así fue.
Llegó Dardo Agost a la presidencia y dio la confianza a los dirigentes y al manager, Pablo Quinteros, de buscar los jugadores necesarios para armar el nuevo plantel para tratar de pelear los puestos de vanguardia, ya que todos los “grandes” dejaron la categoría y quedó un lote de equipos parejos y donde cualquiera le puede ganar a cualquiera.
A la hora de buscar refuerzos, los popes azules comenzaron apuntando a jugadores del medio local, pero luego aparecieron nombres que provocaron que la directiva apuntara a otros objetivos.
Así llegaron jugadores de experiencia como Emiliano Fernández, Franco Dolci, Juan Pablo Pereyra y Gaspar Servio.
También llegaron jugadores de equipos mendocinos como Alexis Vizcarra, Matías Minich (Huracán Las Heras), Agustín Sanfilippo (Gimnasia), Luis Daher (Godoy Cruz, pero llegó libre) y Germán Gordillo (Deportivo Maipú), quien se lesionó y estará parado unos 6 meses por una rotura del tendón de Aquiles.
También apostaron por jugadores con potencial como Sebastián Cuerdo y Emanuel Torres, sin dejar de lado a los chicos del club y que quieren ser referentes como Hernán Gautier, que arrancará como titular, Matías Villarreal, Mauro Cerutti, Javier Silva y Julián Moyano.
Será un torneo que puede servir para que Independiente sane sus heridas, para reconciliarse con su gente y con su historia, por eso será vital poder arrancar con el pie derecho en Jujuy y volver a hacerse fuerte en el Bautista Gargantini.
