Un mural que cuenta la historia de los maipucinos

A lo largo de 240 metros, los paredones de la ex bodega Giol, sobre el carril Maza, albergan un trabajo conjunto de artistas. Se trata de la obra más grande de la provincia

Un mural que cuenta la historia de los maipucinos

El mural más grande de la provincia lo tiene Maipú, fue inaugurado el sábado y se encuentra en los paredones externos de la ex bodega Giol.

“Memorial de mi pueblo” cubre una superficie de 1.200 metros cuadrados distribuidos en 240 metros lineales. Fue una intervención en la que participaron varios artistas y en la cual cada uno pudo dejar plasmada su impronta y estilo personal.

La obra se descubre paso a paso a medida que se camina la vereda y se distribuye en tres calles: la mayor parte sobre el carril Maza y con parte del comienzo y de su final ni bien se dobla la esquina por calles Dionisio Herrera y Martínez.

El relato contado entre trazos y pintura refleja la historia del departamento, buscó plasmar el surgimiento del pueblo, sus personajes referentes, la idiosincrasia y sus avances. Comienza con los pueblos originarios, la llegada de los españoles y la evangelización. Con la irrupción del gaucho en escena, surge una bandera argentina que flamea y desde entonces acompaña con mayor o menor disimulo el resto del enorme cuadro callejero a modo de conector.

La Campaña Libertadora, los sitios del departamento ligados a ella y a su historia en general también se reflejan en la superficie, como Las Bóvedas, la casa de Juan de la Cruz Videla y de Ozamis. Justamente él es una de las varias figuras que también aparecen representadas como íconos fundamentales del crecimiento del departamento, homenaje del que no estuvo ausente el pueblo mismo y sus manos laboriosas.

El trabajo de la tierra tiene un rol central en uno de los cuadros y la vitivinicultura toma particular relevancia por ser la actividad económica que tan fuertemente posicionó a estas tierras de la mano de figuras como Juan Giol.

Un personaje destaca justo a mitad del recorrido: una invención del artista creador de la obra, Jorge Lobos, que buscó aunar referencias a la Justicia, la Patria, el Trabajo y la Libertad, según él mismo detalló a Los Andes.

La secuencia sigue con referencia a los avances de las distintas épocas: la era industrial, la digital, el ferrocarril y sobre el final, la llegada del Metrotranvía.

El vínculo de este pueblo con el plano religioso también aparece en la obra a través de referencias a sacerdotes e iglesias de la zona. La fuente de la plaza departamental, el edificio comunal, la familia, la educación y la cultura también son elementos que vienen a ilustrar la idiosincrasia y el patrimonio de los maipucinos

El edificio intervenido por los artistas, fue la última construcción de las bodegas que pertenecieran al grupo Giol, actualmente es propiedad del gobierno provincial y se usa como archivo judicial, según detalló Cristian García, director de Cultura, Patrimonio y Turismo del municipio.

El funcionario explicó que en otras ocasiones estos muros habían sido intervenidos pero en el marco de certámenes y otorgándole un espacio a cada artista. En esta oportunidad “se pensó en hacer algo que representara nuestra identidad” y se imaginó una gran obra para cuya creación se convocó a Lobos, artista visual y presidente de Proarte, una agrupación de artistas del lugar.

García destacó que es un gran admirador de la política cultural del vecino departamento de Godoy Cruz, en el cual se ha dado gran fomento al muralismo. Muestra de la buena relación entre estos sectores fue la presencia en el acto inaugural de Diego Gareca, actual secretario de Cultura del gobierno provincial y quien estuviese a cargo de esta área en la anterior gestión godoicruceña.

Lobos relató que tuvo que investigar para crear la obra, que plasmó primero en bosquejos y luego en bocetos a escala. El artista explicó que 10 centímetros eran equivalentes a 1 metro de muro. El boceto fue trasladado a la pared gracias a un proyector que lo amplió y que permitió realizar los primeros y rudimentarios trazos.

Lobos comentó que mientras trabajaban, los vecinos pasaban y los alentaban y destacó que fue un trabajo arduo debido a que tuvieron que soportar las inclemencias del tiempo. Apoyó su labor Walter Lucero, muralista de Guaymallén reconocido internacionalmente y que fue quien, como director artístico,  tuvo a cargo coordinar la tarea del resto de los artistas: Miriam Arenas, Nicolás Loüet, Luisa Olguín, Luciana Fernández, Camila Agüero, Ana Estrada y la participación especial de Gonzalo Daniel.

Lucero dirigió unas emotivas palabras al público durante el acto en que destacó que el alma del artista es lo que le da vida a la obra, sin lo cual sólo hay técnica. Contó a Los Andes que se trató de favorecer que cada muralista pudiera expresarse con su propio estilo y sobre lo cual se iban haciendo sugerencias para darle unidad a la obra terminada.

Para Gareca, este mural llegó para invadir el barrio y según su percepción se tratará de una intervención  que escapará a la lógica efímera propia de las de su tipo, ya que cree que no será dañada por manos anónimas por haber sido muy bien recibida por los vecinos.

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