Al equipo le costó discutir la posesión del balón en el mediocampo. O, a decir verdad, no está predispuesto para ello. ¿Cómo se explica esto?
All Boys podía conducir la pelota sabiendo casi con certeza que si era preciso en el pase hacia adelante podía avanzar en el campo de juego sin mayor oposición. No hay combate, fricción que se lo lograra impedir al Albo meterse en los últimos metros con mucha gente.
Los principales perjudicados de la no-contención en la zona media eran los defensores, que quedaron expuestos casi todo el tiempo. En la jugada del gol, Vázquez gozó de la suficiente limpieza para gestar el pase en profundidad para Porro, quien definió de manera casi magistral para poner el 1-0.
Pero esto lo sabe Independiente. Asume riesgos porque predispone sus hombres pensando en hacerse fuerte cuando tiene la redonda en sus pies. El punto clave está en la crisis de la recuperación. No todo se trata de ocupar espacios y doblegarse en la marca. Independiente recupera la pelota casi exclusivamente en los anticipos de Yeimar o de Rodríguez.
Justamente a Yeimar anticipan de cabeza, Vildozo peina para Salas, quien corrió veinte metros y definió cruzado para el 2-0. Poco minutos más tarde, Vildozo se pierde el tercero debajo del arco.
El panorama era oscuro: la producción era claramente peor a la del 0-4 con Brown de Adrogué. La diferencia de dos goles era escasa. Y eso lo iba a pagar All Boys.
Cuando nada hacía presagiar una remontada de Independiente, Rodríguez sacó un despeje largo que picó al borde del área grande de Lozada, quien se confió, el pique de la pelota lo traicionó y la fue a buscar al fondo de las mallas. Gol que se tomaba hasta con humor en el plantel del Albo y hasta en los mismos plateístas que, obviamente, ni se imaginaban lo que iba a pasar sesenta segundos más tarde.
El equipo de Pepe Romero saca del medio, pierde de manera tonta y rápida la pelota, Cardozo encara con pelota dominada y desde 35 metros sacó un zapatazo que se metió en el ángulo de un Losada que, sin entender aún lo que había pasado en el descuento del Azul, veía como la visita se ponía 2-2 y le estirpaba un punto a su equipo sin hacer nada para ello. Absolutamente nada.
Sesenta segundos de furia, una ráfaga de fortuna. Sólo eso hizo que Independiente Rivadavia se llevara a nuestra provincia un puntos desde Floresta. El punto se celebra; pero la autocrítica deberá ser la más ácida y cruda de la era Astudillo.
Otra vez sin goleador
El goleador de Independiente con seis tantos, Tarragona, ayer lució fastidioso y no salió de la media de rendimientos de sus compañeros y jugó, quizá, el peor partido con la camiseta de la Lepra. Echavarría lo amonestó por una falta ofensiva a Frontini y así, el ‘9’ llegó a la quinta y deberá purgar una fecha de suspensión. Si bien jugó mal, Tarragona es un futbolista clave en el equipo, con él en cancha Independiente crece.
El DT sostiene el dibujo con un punta bien definido, entonces el interrogante que se abre es si Sergio Sosa o Emmanuel Reinoso reemplazarán a Tarragona. El Colo llegó para ser el reemplazante natural como centrodelantero, pero sus tres flojas presentaciones hacen poner en duda su presencia ante Ferro, partido que fue confirmado para el domingo a las 16, en el Gargantini.
Más aún si se tiene en cuenta que Astudillo depositó la confianza en Reinoso ayer. Tienen condiciones distintas. ¿Cuál de los dos será el ideal para este momento del equipo?