Siguen las dudas sobre la muerte de un estudiante

Andrés García(20) murió frente a dos gendarmes el 13 de junio. Los uniformados dicen que se suicidó con un arma que llevaba en su auto, pero aún están bajo sospecha.

Siguen las dudas sobre la muerte de un estudiante
Siguen las dudas sobre la muerte de un estudiante

A un mes de la muerte del joven estudiante Andrés García Campoy (20), todavía no se sabe si se suicidó o se trató de un homicidio cometido por dos gendarmes. Las dudas persistirán unos 15 días más ya que estamos dentro de las vacaciones de  invierno, lo que se denomina en el ámbito judicial como "feria".

En los últimos días, los abogados de la familia de García -Diego Lavado y Sergio Salinas- pidieron al juez federal Walter Bento una "habilitación", es decir que se siguiera investigando durante la feria judicial, pero el juez no lo permitió ya que, en su opinión, no queda pendiente ninguna prueba urgente. Por este motivo, aún no se ha realizado la necropsia psicológica pedida por los abogados antes de inicio de la feria.

Esta es una prueba que se le realiza a parientes y amigos de la víctima, quienes son sometidos a pericias psicológicas que ayudan a determinar, de forma indirecta, el comportamiento de una persona que ha fallecido, teniendo como  objetivo acercarse a la comprensión de las circunstancias de su muerte.

También está pendiente saber, a través de las cámaras de seguridad, si García iba en su auto solo o si iba acompañado.

Otra información que aún no está muy clara, al menos para los letrados, son las llamadas que se realizaron al CEO, es decir el 911, que están grabadas, y los registros del GPS del móvil de los penitenciarios que llegaron cuando García ya había muerto.

La importancia de reunir todas las pruebas posibles está dada porque no se ha logrado -ni parece que se logrará- una prueba concluyente sobre la forma en que murió el estudiante.

Una muerte misteriosa

Según la versión oficial, el viernes 13 de junio Andrés García Campoy fue detenido en su Peugeot 504 en un retén vial de ruta 7, Luján, a la altura del kilómetro 1060, que llevaban adelante agentes de Gendarmería Nacional.

El joven se detuvo, mostró los papeles del auto en regla, le hicieron abrir el baúl y todo estaba en orden. Según declararon inicialmente dos gendarmes, luego Andrés abrió la puerta trasera de su auto, tomó un arma (después se sabría que era una carabina modelo 1890) y después de decir algo así como “mirá lo que tengo para vos”, mientras tiraba un tiro al aire" -según contaron los testigos de esa tarde- se disparó en la cabeza y quedó dentro del auto.

Las dudas y más dudas

Para el fiscal especial Santiago Garay y para Juan Carlos Caleri, jefe de la Policía, se trató en un primer momento de un caso típico de suicidio. Sin embargo, horas más tarde el fiscal de Luján, Jorge Calle, con los estudios preliminares de la necropsia, determinó que se trataba de una muerte dudosa.

Luego imputó a los dos gendarmes por el delito de homicidio agravado. Como se trata de dos uniformados que responden a una fuerza federal -Gendarmería-, el caso pasó a manos del juez federal Walter Bento.

Ahora, ese investigador deberá armar un rompecabezas para ver si se puede saber cómo murió el joven que vivía en Mendoza pero había nacido en San Luis.

Para ello, se tendrá en cuenta la necropsia; la reconstrucción del hecho que se realizó el 3 de julio pasado -con la presencia de los dos gendarmes y 6 penitenciarios-; el peritaje de todas las armas de estos uniformados; el registro de las llamadas que pudo hacer el joven antes de morir y otros elementos que puedan surgir a futuro. Por lo pronto, mañana se cumplirá un mes de la muerte del joven García y sus parientes aún no pueden saber por qué murió.

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