Un merendero de Guaymallén pide ayuda: se quedó sin ollas para cocinar

Es el Corazones Felices, ubicado en El Sauce. Fue levantado por madres de la zona. Ahora, necesita ayuda.

Un merendero de Guaymallén pide ayuda: se quedó sin ollas para cocinar
Un merendero de Guaymallén pide ayuda: se quedó sin ollas para cocinar

El merendero Corazones Felices, ubicado en El Sauce -y a cargo de Paola Castro- necesita ayuda para poder sobrellevar la crisis económica, social y sanitaria que se vive en toda la provincia, y en particular en la zona desde donde asiste más de 150 niños junto a sus mamás.

El lugar fue levantado por las madres de los alrededores para poder atender a los chicos que necesitan alimentarse cada día. También allí se brinda asistencia psicológica y educativa, para madres y estudiantes, respectivamente.

El merendero está ubicado en el distrito del El Sauce, en Guaymallén, en una zona cercana al hospital neuropsiquiátrico. Es un sitio marcado por la desigualdad social, a la que deben enfrentarse las familias del lugar y algunos barrios cerrados que, según los testimonios, no colaboran demasiado con las familias más desfavorecidas.

"Necesitamos ollas grandes, ya que al día de hoy tenemos 160 niños y sólo contamos con una olla grande y con una mediana. También nos hacen falta calzados, frazadas, envase de garrafas, carne, ropa de abrigo y colchones", contó Paola.

Más ayuda

Como se dijo, las necesidades son grandes. Pero lo que les urge conseguir para poder alimentar a más de un centenar de bocas es carne, alcohol en gel, lavandina, detergente y artículos de limpieza en general para poder hacer frente a las condiciones sanitarias necesarias que deben sostenerse en medio de la pandemia.

"Seguimos repartiendo viandas. Las mamás utilizan los barbijos que se han hecho en sus casas pero necesitamos mucho alcohol en gel para mantener las condiciones sanitarias. También tratamos de mantener las distancias necesarias para evitar el contagio", remarcó la referente del lugar.

Contrastes

Recordemos que el merendero, perdido entre surcos cultivados y terrenos abandonados, está en un espacio de contrastes. A 300 metros del sitio de asistencia a niños y madres está el Hospital El Sauce. Pero cerca se ven, también, barrios privados con sus murallas de cemento y alambres de púa.

Paola Castro explicó que el terreno de Corazones Felices es de su padre, quien se lo prestó para que, una vez que terminara el merendero, no tuviera que mudarse a otro lugar. Lo levantaron ella y las mamás de la zona, financiándose con la venta de empanadas.

Según Paola, la situación con las madres del lugar es muy difícil. "Hoy, más que nunca, me dicen que necesitan del merendero para que sus hijos puedan llevarse el almuerzo o las viandas que les damos", explicó la administradora del lugar.

Por otra parte dijo que muchas madres, en la cena, sólo les están dando una taza de té a los chicos. "Sucede que las mamás que son empleadas domésticas se han quedado sin trabajo. Está todo muy parado", advirtió.

Quienes quieran colaborar pueden hacerlo comunicándose con Paola Castro al 2616787807.

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