El entusiasmo por un impuesto a la riqueza del segmento más reducido de multimillonarios del país podría no ser ninguna sorpresa: después de todo, la mayoría de los estadounidenses no tendría que pagarlo. Sin embargo, la idea está ganando apoyo de un puñado de esas personas que sí tendrían que tributar.
Una carta publicada en línea el 24 de junio solicita "un impuesto moderado a la riqueza, aplicable a las fortunas de los pertenecientes a la décima parte más adinerada del uno por ciento de las personas más ricas de EEUU: nosotros".
Este "nosotros" incluye a multimillonarios artífices de su éxito como el financiero George Soros y Chris Hughes, uno de los fundadores de Facebook, así como a herederos de riquezas dinásticas como la cineasta Abigail Disney y Liesel Pritzker Simmons e Ian Simmons, cofundadores de Blue Haven Initiative, una organización de inversiones de impacto.
“Creíamos que sería una buena idea”, explicó Ian Simmons en una llamada telefónica mientras se encontraba en medio de un embotellamiento en el área de Boston. “Liesel y yo decidimos ponernos en contacto con algunos otros para ver si también pensaban que era una buena idea”.
La carta se redactó en las últimas dos semanas. Dieciocho individuos, repartidos en once familias, pusieron sus nombres. Todos están activos en investigaciones progresistas y organizaciones políticas, algunas de las cuales se enfocan específicamente en la creciente brecha entre los estadounidenses más ricos y el resto de la población.
Un análisis reciente de un informe de la Reserva Federal encontró que, a lo largo de las últimas tres décadas, el uno por ciento más rico de los estadounidenses vio un aumento en su patrimonio neto de 21 billones de dólares, mientras que la riqueza de las personas del 50 por ciento menos favorecido perdió 900.000 millones de dólares.
La carta está dirigida a todos los contendientes a la presidencia, y se refiere en específico a un plan que propuso la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren. Su propuesta crearía un impuesto a la riqueza para las familias con activos valorados en 50 millones de dólares o más, incluidos bonos, acciones, yates, autos y obras de arte. Warren calcula que ese impuesto afectaría a 75.000 familias y generaría 2,75 billones de dólares en diez años.
Desde hace tiempo, el deseo de poner un alto al aumento de la concentración de la riqueza ha sido parte del mensaje central de los demócratas, pero la reforma fiscal republicana de 2017, que entregó mayores beneficios a los estadounidenses con los ingresos más altos, revitalizó el debate.
En meses recientes, los demócratas, entre ellos la representante de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, y el senador de Vermont, Bernie Sanders, han ofrecido propuestas fiscales ambiciosas que tienen como blanco a los contribuyentes adinerados. Al mismo tiempo, han cuestionado si las vastas fortunas familiares que otorgan un enorme poder económico y político son perjudiciales para los valores democráticos.
Encuestas realizadas tras estas propuestas revelaron que casi siete de cada diez estadounidenses apoyaban impuestos más altos para los estadounidenses más ricos.
La espiral de atención brindó una oportunidad para avanzar en la conversación en torno a la desigualdad, la responsabilidad social y los impuestos, afirmó Hughes.
“Algo que todos queremos ver es una mayor investigación y más activismo para diseñar políticas”, agregó. Su marido, Sean Eldridge, uno de los fundadores del grupo de presión progresista Stand Up America y excandidato al congreso, también firmó la carta.
El documento declara de forma inequívoca que un impuesto a la riqueza "fortalece la libertad y la democracia estadounidenses" y "es patriota".
Además, señala que los investigadores económicos estiman que este año el 0,1 por ciento más rico de los estadounidenses pagará un 3,2 por ciento de su riqueza en impuestos, en comparación con el 7,2 por ciento que pagará el 99 por ciento de abajo.
“El siguiente dólar de la nueva recaudación tributaria debería venir de las personas con las finanzas más afortunadas, no de los estadounidenses de ingresos medios y bajos”, declara la carta.
Liesel Pritzker Simmons afirmó que un impuesto a la riqueza podría ayudar a la solución de problemas como la "falta de cuidado infantil, la deuda educativa, la crisis de los opioides y la crisis climática".
Simmons forma parte de la familia Pritzker, que fundó una de las empresas privadas más grandes del país, la cual incluye la cadena hotelera Hyatt. También firmó otra de sus familiares, Regan Pritzker, presidenta de Libra Foundation, una organización con sede en San Francisco.
Algunos miembros del club de los multimillonarios ya habían señalado que deberían pagar más impuestos. En 2011, Warren Buffett, el fundador de Berkshire Hathaway, publicó un ensayo en el que hizo notar que su tasa impositiva vigente era "en realidad de un porcentaje menor al que pagaba cualquiera de las otras veinte personas" en su oficina. Sus comentarios provocaron que el presidente Barack Obama y otras personas presionaran para que hubiera una "regla Buffett" que obligara a los millonarios a pagar al menos un 30 por ciento de sus ingresos en impuestos.
En 2014, Nick Hanauer, un empresario radicado en Seattle, publicó un memorando a "Mis compañeros recontramillonarios", en el que dijo: "La gente como tú y como yo estamos prosperando más allá de los sueños de cualquier plutócrata en la historia, el resto del país (el 99,99 por ciento) está muy rezagado".
Hanauer agregó: “Si no hacemos algo para reparar las desigualdades flagrantes de esta economía, las turbas vendrán por nosotros”.
Hanauer firmó la carta publicada el 24 de junio, al igual que Molly Munger, una abogada cuyo padre es Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway. Ella y su marido, Stephen English, fueron cofundadores de Advancement Project, una organización a favor de los derechos civiles. English también firmó la carta.
Entre otros nombres en la carta se encuentran los de Stephen M. Silberstein, cofundador de la empresa de software Innovative Interfaces; la filántropa y mecenas de las artes Agnes Gund y su hija Catherine Gund, fundadora y directora de Aubin Pictures; Arnold S. Hiatt, presidente de Stride Rite Charitable Foundation; Justin Rosenstein, uno de los cofundadores de Asana, una aplicación que ofrece herramientas para la administración del trabajo; Robert S. Bowditch Jr., fundador de MB Associates, una firma de desarrollo inmobiliario, y su esposa, Louise, así como uno de los hijos de Soros, Alexander, vicepresidente de Open Society Foundations.
La última firma decía "Anónimo".