Alfredo es un tipo común, pero de esos que tienen como gran amor a River, a pesar que en casa su mujer Mirta y sus hijos Agustín y Romina le llevan la contra. son hinchas de Boca y Racing.
Pero Alfredo tiene un hincha especial: Fredy, su hijo mayor fallecido que lo acompaña en Japón, ya que la camiseta que le pertenecía está con su padre y con su amigo Marcelo.
Ya instalado en Tokio, Alfredo contó un poco más de él: “Soy de Luján y decidimos venir a Japón después de las semifinales ante Guaraní. Ahora estamos parando en Nishi-shinjuku”, un barrio que pertenece a Tokio. “Viajamos con Marcelo y Eduardo, dos grandes amigos de locuras millonarias. Nos hacemos llamar ‘Los Tres Mosqueteros’ de River”.
Estaba claro que un viaje así, por el costo y por la fecha era una complicación: “Cuando salió la posibilidad del viaje a Japón, yo era el que estaba menos decidido, fue mi familia la que me empujó a que lo hiciera, en especial mi esposa. De paso le mando un saludo, que estoy bien, que la amo y un ‘gracias’ enorme por el apoyo”.
Pero esta no es la única locura que hizo Alfredo por River: “Por River hice varias locuras como viajar a Buenos Aires, sin entradas, y remarla allá para tratar de conseguir”, contó entre risas.
Hasta el momento, estos tres mendocinos no se cruzaron con otros coterráneos: “Todavía no nos cruzamos con ningún otro mendocino porque llegamos ayer (domingo). Eso sí, en el aeropuerto había gente de todas las provincias. era una fiesta”.
Sobre el partido, Alfredo intentó ser lo más sincero posible: “Sabemos que tenemos una oportunidad en un millón, pero vamos por esa posibilidad. Si Dios quiere vamos a estar de vuelta con la Copa”.
Lo que más le sorprendió de Japón es el orden y eso lo demuestra con una anécdota: “Subimos al tren que nos llevaba de Tokio a Nishi-shinjuku y cuando nos bajamos a uno de los muchachos se le olvidó el pasaporte en el tren. Fuimos a las oficinas para hacer el reclamo y cuando fueron a averiguar la gente de limpieza de los trenes ya había dejado el sobre con toda la documentación. Sólo pasaron 15 minutos”, cerró admirado.
