Independiente ganaba apenas 1-0 y Racing iba con lo que podía. Hasta que a los 82, Jesús Méndez pidió patear el tiro libre ante la insistencia de Pisano y metió el 2-0 liberador. El que le dio tranquilidad, el que encaminó la goleada 3-0.
Habrá sido por eso, por la tensión del partido, por la importancia del mismo o por todas las cosas que este año le fueron pasando al volante, que apenas corrió para el festejo, estalló en llanto.
Pero de esos llantos casi desconsolados. Y fueron todos a abrazarlo, a buscarlo, a contenerlo. Porque el resto, claro, no podía dejar de sonreír por el gol.
“La verdad es que sí, me emocioné, por mi familia, mis padres, mis hermanos, mi señora, mis amigos y por esta gente que todos los fines de semana llena la cancha. Para ellos es este triunfo”, dijo aún emocionado después de consumada la victoria.
Méndez sufrió la dura pérdida de un hermano a principios de este año. Igualmente, su emoción no quedó allí. Porque fue reemplazado a los 41, cuatro minutos después del gol y a los pocos segundos del tercero, y volvió a estar emocionado, tanto que sus compañeros del banco volvieron a buscarlo para calmarlo.
Y en el final se repitió la escena, aunque ya con esa sensación de descargo, de tarea cumplida. “Creo que sí, que fue uno de mis mejores partidos. Suma que gracias a Dios se me dio el gol, pero hay que seguir trabajando porque el miércoles hay otra final y hay que dar pelear en la Copa”, se enfocó Méndez. ¿Por qué pateó ahí? “Habíamos hablando con (Pablo) Cavallero que le pegara al palo del arquero, me lo pidió el Enano y le dije que me lo dejara y por suerte se dio”, contó.
“Nos jugábamos mucho, creo que veníamos de una seguidilla de triunfos y en los últimos no se estaba dando, creo que fuimos justos merecedores del triunfo”, agregó.
¿Si se va a quedar a fin de año cuando se le venza el contrato? “Hoy disfruto del día a día, se me hace difícil por mis compañeros pero veremos con mi familia qué haremos". Y se fue a emocionarse de nuevo con los suyos. Bien ganado lo tiene.
Paternidad
Con este triunfo, Independiente deja a su adversario histórico con esa deuda pendiente de no ganar desde hace 14 años en el estadio del Rojo.
Martín Benítez, una de las figuras,y Diego Vera, fueron los autores de los otros goles de un clásico que solo Independiente inyectó flashes de cierta calidad ya que Racing estuvo lejos del lucimiento de una semana atrás ante Gimnasia y sólo forzando la imaginación se puede hallar en los 90 minutos una llegada de riesgo en el arco de Diego Rodríguez.
Racing, encima luego del primer gol pasada la media hora del partido se quedó sin Marcos Acuña, expulsado por Patricio Loustau, por un supuesto codazo que no pareció llegar a mitad de camino cuando Méndez exageró su caída.
Racing e Independiente ahora están cerca en las posiciones y así como el conjunto de Cocca perdió chances por el título, el de Mauricio Pellegrino se acercó a la Liguilla Pre Libertadores, en la que, tal vez podrían volver a encontrarse estos dos vecinos de Avellaneda.