Las autoridades del estado de Michigan en EEUU analizan la posibilidad de que un loro se convierta en testigo de un crimen.
"Es una novedad interesante y una gran oportunidad para aprender acerca de los loros africanos. Es algo que vamos a estar mirando para determinar si es fiable para usar o si se trata de información que necesitamos para procesar a este caso", dijo el abogado Robert Springstead,y la noticia no tardó en dar la vuelta al mundo.
Glenna Duram, de 48 años, fue acusada de asesinato en primer grado de su marido, Martin Duram, en mayo de 2015. Desde entonces, está encerrada en la cárcel de Newaygo County, sin demasiadas pruebas sobre su autoría.
Los familiares dicen que el loro estaba en el tiroteo que acabó con la vida de Martin porque repite una y otra vez una frase particular: "No dispares" (Don't fucking shoot").
El cuerpo de Martin fue encontrado tras el suceso cerca al de su esposa, que también se encontraba herida, y pese a que en un primer momento las autoridades creían que se había tratado de un ataque a los dos, con el correr de los días comenzaron a sospechar que la mujer mentía.
Desde el entorno de Martin consideran que sus últimos momentos de vida están grabados en la memoria del ave.