Un sujeto fue asesinado ayer al mediodía por un policía de civil que custodiaba un camión que repartía bebidas por Rodeo del Medio. La principal versión investigativa indica que la víctima fue a asaltar a los repartidores y que en ese momento se tiroteó con el efectivo. Murió de un balazo en la sien.
Pocos minutos después de las 13.30, un camión cargado con cajones de cerveza de distintas marcas estacionó en la puerta de un quiosco, ubicado sobre calle Humahuaca al 9100, entre Tupac Amaru y Nahuel Huapi del barrio Villa Graciela de Guaymallén.
En la cabina del rodado, que llevaba la parte trasera repleta de cajones con bebidas alcohólicas, iban cuatro hombres: el conductor, los dos repartidores y un policía vestido de civil, que tenía bajo su cargo la custodia de la mercadería y de los trabajadores.
Si bien ayer por la tarde aún no habían declarado los testigos del asalto, los investigadores que trabajaron en el lugar explicaron que antes de que los repartidores alcanzaran a bajarse, aparecieron dos sujetos que se colocaron, cada uno, en las puertas del camión, de tal modo de impedir la salida de los tripulantes. "Creemos que se colgaron de las puertas", dijo una fuente judicial que trabajó en la escena del crimen.
Tiroteo y muerte
Está establecido que uno de los ladrones, Gerardo Jesús Agüero (24), llevaba un revólver calibre 32 con el que amenazó a los trabajadores, que seguían en la cabina de camión. En ese momento, el efectivo policial -iba de civil- sacó su arma reglamentaria, lo que derivó en un tiroteo.
"El policía disparó dos veces, no sabemos cuántos tiros fueron del ladrón pero gatilló en varias oportunidades contra el chofer", agregó la fuente consultada por Los Andes. "Los vecinos creyeron que estaban tirando petardos y salieron a ver qué pasaba", dijo.
Una de las balas 9 milímetros del efectivo fue a parar directo a la sien de Agüero, que cayó al piso y murió en el acto.
Mientras esto sucedía, su cómplice escapó por Humahuaca hacia Tupac Amaru. En esa esquina los delincuentes habían dejado estacionada una moto de color negro, poco antes de perpetrar el atraco. Pero, por la prisa que llevaba, el sujeto prefirió no detenerse a buscar el rodado sino que siguió su huida a pie.
"Cruzó una finca y se metió en el barrio La Palaya", dijeron dos vecinas. Justamente en ese barrio vivía la víctima fatal; fuentes consultadas explicaron que tenía antecedentes por algunos delitos, entre ellos robos.
Por el momento no está establecido si el ladrón que escapó llevaba un arma aunque la mecánica del hecho hace indicar que no.
Pericias
Policía Científica trabajó en el lugar para determinar si el atraco seguido de muerte ocurrió del modo en que lo relataron víctimas y testigos.
Tanto la pistola reglamentaria del efectivo como el revólver que portaba Agüero fueron secuestrados para ser peritados. Según se conoció esta arma tenía aún algunas municiones en el tambor cuando los peritos lo recogieron.
La policía sospecha que la víctima era quien conducía la moto, sobre todo porque llevaba puesta una mochila en el pecho.
Poco después del crimen, la familia de Agüero llegó al lugar y confirmó la identidad del asaltante. Además indicaron que la moto abandonada pertenecía a la víctima fatal.
Tanto el policía como los repartidores fueron trasladados a la Oficina Fiscal 19 para prestar declaración. Ninguno había sido herido. La identidad del efectivo no trascendió.
El caso es investigado por el fiscal Tomás Guevara, que deberá decidir qué calificación corresponde al hecho.