Un hombre de 31 años que acababa de robar un martillo neumático de una obra en construcción en Guaymallén murió en la tarde de ayer mientas era perseguido por dos albañiles en una camioneta. La víctima -con numerosos antecedentes- viajaba en una moto junto a un cómplice, que logró escapar a los tiros.
Eran alrededor de las 16 de ayer cuando dos sujetos armados llegaron a una construcción ubicada en la esquina de Aureol y el callejón Vargas. El lote es parte de un vecindario en construcción ubicado al lado del barrio Las Palmeras, en el distrito Buena Nueva.
De acuerdo a las primeras investigaciones, los ladrones amenazaron con una pistola al grupo de obreros y robaron un martillo neumático que cargaron en la moto marca Corven de 150 cc en la que viajaban.
Pero la huida no sería tan sencilla como esperaban. Dos de los hombres que se encontraban trabajando en la obra subieron a una camioneta Nissan de color rojo y comenzaron a perseguirlos. Al notar que iban tras ellos, los delincuentes abrieron fuego.
Pero mientras circulaban por callejón Antonelli, cerca de la intersección con calle Triunvirato, la camioneta y la moto colisionaron. Los pesquisas tratan de determinar si uno de los ladrones cayó de la moto a causa del impacto o si se lanzó del rodado.
También resta establecer si fue arrollado por el vehículo mayor o si falleció por las lesiones sufridas durante el siniestro.
Su cómplice dejó la moto tirada a un costado de la calle de tierra y tomó la herramienta sustraída, aunque finalmente desistió, la dejó tirada a 50 metros del lugar y escapó por un descampado.
Minutos después el lugar se llenó de policías que habían sido alertados a través de llamados al 911 de los vecinos que reportaban los disparos. Un vallado no dejaba acercar a nadie a unos 100 metros.
Se trata de una zona ganada por extensos baldíos y con escasa vegetación. Sólo unos yuyos bajos crecen a los costados del camino y se intercalan con matorrales secos y uno que otro olivo.
Detrás de la cinta de peligro, peritos, funcionarios judiciales y policías trabajaban para tratar de develar con exactitud qué había ocurrido. La camioneta Nissan quedó sobre la banquina, enterrada de trompa en una cuneta seca. A su lado estaba tirada la moto en la que escapaban los delincuentes.
A unos metros yacía el cuerpo sin vida de un hombre, que luego sería identificado como Diego Gustavo Campero Ortiz, quien contaba con un nutrido prontuario.
Los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado que llegaron al lugar se limitaron a constatar el deceso.
En la escena fue hallada la vaina de un proyectil calibre 9 mm, informaron fuentes policiales. Efectivos del Cuerpo de Canes llegaron luego al lugar con perros adiestrados para tratar de seguir el rastro del asaltante fugitivo. Aunque, al cierre de esta edición permanecía prófugo.
Los albañiles que viajaban en la camioneta que protagonizó el siniestro fueron llevados a declarar a la comisaría 35, se informó oficialmente.
El muerto, un ex convicto con nutrido prontuario
Diego Gustavo Campero Ortiz, quien perdió la vida tras el asalto fallido en Buena Nueva, tenía en su haber delictivo numerosos antecedentes.
En el registro del hombre de 31 años figuran causas por encubrimiento, abuso de arma de fuego y tenencia de arma de guerra, cuando tenía 20 años de edad.
En mayo de 2007 fue sindicado como el autor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y un año más tarde fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión.
Estuvo preso en el complejo penitenciario Almafuerte.
En enero de 2017 sumó una causa por amenazas simples. En marzo de ese año fue condenado a un año de prisión, que se unificó a la condena anterior.
El 18 de octubre del año pasado fue trasladado desde la cárcel de Cacheuta al penal de Boulogne Sur Mer.
Finalmente, el 27 de octubre de 2017 recuperó la libertad hasta que ayer por la tarde encontró la muerte.