Sin dudas, una serie final de lujo. De otra categoría. Un espectáculo único. Lo que brindaron adentro y afuera de la cancha, tanto Atlético Club San Martín y la Asociación Deportiva Anzorena es digno de aplaudir.
¡Qué se repita pronto por favor! Que esa “llamita de pasión”, iniciada en el corazón del hincha Chacarero, no se apague. Y qué ese simpatizante de la Sexta, que volvió a la “boutique”, vuelva acompañar a su equipo como nos cuenta su historia.
Tras la chicharra final y el festejo desbordado del plantel de San Martín con su gente, en el otro rincón, era todo decepción, bronca, dolor y odio. La terna arbitral compuesta por Ariel Rosas, Leonardo Barotto y Pablo Leyton, los mejores árbitros de Mendoza, fueron los apuntados por el plantel, directivos y simpatizantes de Anzorena, como los responsables de la derrota.
Es que el Rojo de la Sexta terminó con Estalles, Aguilera, Hernáez, Schestakow e Irrutia afuera por cinco faltas. Las estadísticas finales indican que el León cometió 23 faltas y que el Rojo hizo 32. ACSM lanzó 46 libres contra 27 de ADA.
¿Hubo fallos arbitrales? Sí, y en algunos casos perjudicaron a Anzorena. Por ejemplo: una falta técnica a Estalles, cuando le gritó un gol en la cara a un rival.
¡Es una final! ; o una falta antideportiva en contra en la penúltima bola. Existieron errores. Pero, el Rojo no perdió por los árbitros. Anzorena apostó por una defensa al límite. Su identidad, su mayor virtud.
Y así eliminó a Rivadavia y Atenas. Así le sacó una diferencia de 22 puntos a ACSM. Pero, se cargó de faltas y lo pagó muy caro. Sin dudas, su sistema defensivo y los árbitros, jugaron al límite.