Apelan a la conmoción y la urgencia del caso. La historia que funciona como anzuelo es la muerte de un niño en el Garrahan, de Buenos Aires, y la necesidad de que el municipio ayude con dinero a la supuesta familia para hacer el rápido traslado del cuerpo hasta el departamento.
¿El estafador? Un hombre que se hace pasar por el doctor Antonio Latella -efectivamente médico de este hospital-, quien maneja información precisa del lugar y juega con el apuro, incluso amenazando con presión mediática, para lograr el depósito de miles de pesos en su cuenta bancaria.
Con este estudiado y bien montado artilugio, los municipios de Tupungato y San Carlos casi se convierten en víctimas de una estafa, que ha llegado a los sitios más recónditos del país. Relatado en la web de manera idéntica, el mal rato que pasaron los funcionarios valletanos la semana pasada, se traduce en distintos pueblos argentinos como intentos o estafas consumadas.
Después de que San Carlos librara una denuncia sobre el tema, hoy la Justicia está tras las pistas de los autores para desbaratar esta ingeniería de engaño. Por su parte, la Provincia ha alertado al resto de las comunas para que estén atentas ante estas maniobras virtuales.
El primer contacto ocurrió el martes pasado en Tupungato. Una llamada que ingresó en la mesa de recepción solicitaba contactar de manera urgente al intendente Joaquín Rodríguez. El interlocutor se presentó como el doctor Antonio Latella del Garrahan. "Dijo que había fallecido un niño tupungatino de 4 años y que su cuerpo no podía continuar en el hospital. Que la familia –de apellido González- había juntado algo de dinero de sus amigos –incluso que él había puestode su bolsillo-, pero necesitaba 9 mil pesos más para el traslado", contó Carlos Freire, a cargo de la Secretaría de Gobierno en ese momento.
El funcionario le hizo ver que necesitaban la partida de defunción y que algún familiar del chico se acercara por la municipalidad para llenar los formularios que exige el subsidio. Sin embargo, el supuesto médico se enfureció y –tras dos días de constante comunicación telefónica- terminó llamando a radios locales para denunciar al Ejecutivo por abandono de persona.
El engaño no prosperó, pero movilizó a todo el municipio. Antes de que descubrieran la mentira, rastrearon a la familia por los padrones electorales, los buscaron con la gente de Desarrollo Social y hasta hicieron averiguaciones para utilizar el avión que la Provincia tiene para emergencias. Finalmente, desde la comuna y la Comisaría 20 llamaron a médicos conocidos de ese hospital porteño y descubrieron que al verdadero doctor Latella le robaron un maletín con documentación y sellos hace 4 meses y, desde entonces, se viene sucediendo una lista de estafas en todo el país.
Con idéntico modus operandi, el doctor trucho y su banda eligió el sábado pasado a la comuna de San Carlos como blanco de su estafa. El jefe de Defensa Civil del departamento y quien negoció con los estafadores, Leonardo Martínez, destacó el "el estudiado montaje de la mentira". "Cuando uno llamaba a la línea fija que pasaron en Buenos Aires, atendía una especie de conmutador del Garrahan y te pasaba a la oficina del director. Incluso, el médico puso al teléfono a los supuestos padres del niño y se notaban realmente conmovidos", explicó Martínez.
"El que llamaba puso al teléfono a los supuestos padres del niño y se notaban realmente conmovidos"
Además este Latella impostor –siempre actúa con el mismo nombre- manejaba información local precisa. Dijo que la familia (Díaz, en este caso) vivía en la finca Fernández, de El Cepillo, y en este paraje sancarlino hay un campo con ese nombre. Incluso, habló de mala praxis del hospital Tagarelli, quienes no habían podido detectar en una tomografía cerebral que realizaron que el pequeño tenía un tumor.
Ambos datos fueron claves para poner en alerta a los funcionarios y desenmascarar al impostor. "Primero enviamos a nuestros agentes y no hallaron a nadie con ese apellido en El Cepillo. Además, el Tagarelli no realiza este tipo de ecografías", dijo Martínez. Advertidos, también, por la Policía regional los funcionarios le siguieron el juego para conseguir mayor información para la causa que hoy lleva la Justicia local, pero nunca realizaron el depósito.
"La mejor manera de evitar estas estafas virtuales es cumplir los protocolos institucionales. Aquí se estaban rompiendo: llaman un sábado, piden el teléfono del intendente, no presentan certificado de defunción ni los formularios que se completan personalmente", señaló Atilio Bergamin, el jefe de la Policía del Valle de Uco. A partir de los hechos, la policía local dio aviso al Ministerio de Seguridad de la provincia, para alertar a otras comunas sobre la modalidad de operación.