Después de marchas y contramarchas, el ingeniero de YPF denunciado por corrupción de menores agravada por el vínculo deberá someterse a un juicio oral.
Según la Cámara de Apelaciones, hay suficientes pruebas para que el ingeniero se siente en el banquillo de los acusados.
La presunta víctima sería la propia hija del acusado, una niña que en ese momento tenía cinco años y habría sido filmada y fotografiada por su padre, en presencia de otras personas.
De esta forma, la Cámara de Apelaciones desestimó el sobreseimiento dictado por Patricia Alonso, jueza del Cuarto Juzgado de Garantías, en el que se sostenía que si bien existen pruebas para hablar de un abuso, dudaba de que el autor del presunto delito fuera el progenitor.
Esta posición fue apelada por el fiscal de Guaymallén Tomas Guevara y por el abogado de la madre de la niña, Sergio Salinas.
El problema
Sin duda alguna, el gran problema que presenta la investigación es la declaración de la niña en cámara Gesell con fallas técnicas insalvables. Por ello la jueza de Garantías opinó que la niña no acusó a su padre.
Pero los jueces Luis Correa Llano y Alejandro Miguel entienden ahora que estas deficiencias "no restan credibilidad a los demás elementos probatorios" que sostienen la acusación fiscal.
Discrepando con la jueza, la Cámara de Apelaciones sostiene que las pruebas obtenidas durante la investigación son suficientes para realizar un juicio, sobre todo "por tratarse de una víctima menor de edad, vulnerada en su integridad sexual por su padre; el interés superior del niño debe ser el principio rector.
El nuevo fallo considera que "la autoría del procesado parece presumible" ya que no hay elementos que indiquen que la niña se relacionara con otros hombres ajenos a su familia y quien cuidaba a la pequeña era su propia madre.
Algunos psicólogos que participaron de las pericias señalaron al padre como el autor o a alguien muy cercano a ella que la sedujo.
Otra de las pruebas valoradas por los jueces es el material pornográfico que se encontraba en la computadora del ingeniero, en la que se pueden ver imágenes pornográfica de menores.
Películas y tocamientos
Los hechos denunciados por la madre de la menor se habrían registrado en una casa de un barrio privado del departamento de Guaymallén, donde la pequeña vivía con sus padres.
En ausencia de la madre, el ingeniero le habría realizado algunos tocamientos a la menor, mientras le mostraba películas pornográficas. Hechos similares se habrían registrado en otro barrio privado de Luján de Cuyo.
Según los psicólogos, estas situaciones determinaron que la niña comenzara a tener comportamientos no habituales para su edad, lo que alertó a su madre de que algo extraño estaba pasando, por lo que decidió consultar con especialistas y luego denunciar al marido.
La niña explicaría en cámara Gesell haber sido inducida a practicar "juegos" de tipo sexual y también la habría llevado a "un doctor" que le sacó fotografías.
El relato de la niña para los psicólogos del CAI resulta creíble, ya que pudo diferenciar claramente los contenidos pornográficos de otros.
La hermana de la denunciante declaró que había escuchado a la niña contarle las reuniones que su padre tenía con un hombre, e incluso lo habría visto realizarle tocamientos a la pequeña.