Con el galpón y la mercadería acopiada aún humeantes por el incendio que se desató la noche del lunes, la familia Cabral, dueña de Ecogénesis Argentina -la primera deshidratadora de verduras de San Rafael- no baja los brazos y asegura que de alguna forma van a continuar.
Las pericias deberán determinar qué causó el siniestro, pero podría tratarse de un desperfecto en uno horno en línea donde se deshidrataba la verdura. El llamado de alerta se dio a las 23.30 del lunes e inmediatamente una dotación de bomberos salió hacia el lugar.
Allí, en las instalaciones de la empresa ubicada sobre la calle Sarmiento del distrito de Cuadro Nacional, los empleados junto a los dueños, vecinos y amigos de la familia luchaban por apagar las llamas con una reserva de agua propia y matafuegos, pero el material deshidratado de rápida combustión hizo que el incendio se tornara incontrolable.
Al arribar los bomberos lo que había sido denunciado como un principio de incendio “ya era un siniestro incontrolable”, explicó a Los Andes el sargento primero Marcelo Araya, a cargo de la dotación de bomberos que trabajó en dos turnos más de 12 horas para apagar las llamas.
Los propietarios de la firma permanecieron en el lugar mientras el fuego cubría todo. Tensión y dolor por lo ocurrido se podía ver en sus rostros mientras corrían de un lado a otro. Para ayudar llegaron a la planta amigos del propietario, Gonzalo Cabral, muchos de ellos compañeros de aventuras en el club de andinismo.
Las pérdidas en cuanto a la producción fueron totales. En el galpón había acopiado el equivalente a 40 hectáreas de hortalizas -ya deshidratadas- y varios kilos de verdura fresca, lista para deshidratar.
El horno en línea quedó destruido totalmente, aunque algunas máquinas podrían recuperarse. Pero el galpón que lo contenía sufrió daños irreparables.
“Hay posibilidades de que el fuego se haya originado en uno de los hornos y como había mucho acopio de producción -verdura deshidratada- se expandió muy rápido”, expresó Araya. Entonces las llamas alcanzaron al resto de las maquinarias, que quedaron afectadas en su mayoría.
Al mediodía de ayer, los bomberos continuaban trabajando para apagar lo que pudiera quedar entre el material acopiado en bolsas de papel y de plástico. Por esta razón emplearon máquinas para remover lo quemado, y se quedaron en lo que se denomina una guardia de cenizas, para evitar que pueda prenderse nuevamente al tratarse de material tan combustible.
“Lo que no se quemó quedó inutilizado, ya sea por el agua que se utilizó para apagar el fuego como por el humo que deja todo impregnado de olor. Y se trata de material para consumo de las personas”, aseveró Araya.
Las primeras estimaciones hablan de la pérdida de 5.000.000 de pesos, tanto en maquinarias como en mercadería. En la planta trabajan unos cinco empleados por turno en época alta, es decir durante la producción, en especial de cebolla.
La firma es un emprendimiento familiar que comenzó en 2004 bajo la denominación de Agroindustrias Alimenticias Cabral (AIAC). En su momento fue la primera planta para secar verduras en el Sur mendocino, y la cuarta de ese tipo en la provincia.
La planta destinada a secar por medio del calor las diferentes verduras y frutas cuenta en el proceso de elaboración con diferentes tiempos y temperaturas según la verdura. Contaba con una máquina lavadora, una picadora con cinta transportadora, una cubeteadora que corta en cubitos, un horno de 27 metros de largo y un túnel de viento, entre otras maquinarias. El producto, es decir la verdura deshidratada y molida, se vende a granel a diferentes distribuidores.