Un hospital muy esperado, con obras demoradas

Se espera que la guardia y los consultorios del hospital de Luján de Cuyo se puedan abrir en mayo del año próximo. La obra se ha reactivado pero a marcha muy lenta. El establecimiento es muy necesario para una vasta población al sur del río Mendoza y por

Un hospital muy esperado, con obras demoradas

El hospital de Luján de Cuyo, tan promocionado en la administración anterior, seguirá en lista de espera, y aunque su construcción no está parada totalmente, avanza a paso lento.

Una parte importante del establecimiento, ubicado al sur de la calle Quintana (lateral del Acceso Sur y callejón Maldonado, en Perdriel), será inaugurada en mayo-junio de 2018, anuncio oficial de por medio.

La obra arrancó en abril de 2015 a cargo de la administración de Francisco Pérez pero, por diferentes problemas económico-financieros, fue abandonada. Debía concluirse en 18 meses.

Muchos residentes de los distritos sureños de Luján, como Perdriel, Agrelo, Ugarteche y El Carrizal tenían firmes expectativas de ver concretado este antiguo anhelo departamental, pero se acostumbraron a apreciar un vallado de tela verde ocultando una construcción a medio hacer.

El nosocomio es muy importante para esas personas y también para habitantes de la ciudad de Luján de Cuyo y hasta de Maipú, ya que de otra forma deben recurrir a los efectores de salud pública o a los centros médicos privados; los primeros no siempre cercanos a sus domicilios, y los segundos, a veces inalcanzables para personas sin cobertura social o de bajos recursos. El hospital, no obstante que no alcanzará la complejidad de las grandes unidades hospitalarias de la ciudad de Mendoza, tal como se lo ha concebido, estará en condiciones de atender las necesidades de atención de la salud de un elevado número de potenciales usuarios.

Recientemente, la empresa encargada de continuar los trabajos -que se encuentran al 30 o 35% de su ejecución final- retomó las labores, pero no será posible abrirlo hasta mayo/abril del año próximo. Si todo marcha bien y sin contratiempos.

Se espera que esta primera etapa en gestación permita, al momento de abrir las puertas, atender los casos ambulatorios y disponer de consultorios externos, diagnóstico y tratamiento, urgencias, guardia médica y de una base del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC), además de habilitar una farmacia, un salón de usos múltiples (SUM) y un sector de cafetería y comidas rápidas.

Muchas familias afincadas en la zona, cuyo crecimiento poblacional ha sido rápido en los últimos años, deben recorrer largas distancias para su atención sanitaria, especialmente en casos de patologías más complejas que no siempre pueden tratarse en los centros asistenciales distritales. En ocasiones esas travesías tienen que efectuarse de noche, con los consiguientes riesgos, o utilizando transporte público quienes no disponen de movilidad propia.

Por todas estas razones la obligación del Estado es acelerar el ritmo de ejecución para adelantar la entrega, si se puede, pero por sobre todas las cosas para asegurar que ya no volverá a pararse esta importante como esperada realización.

Un buen anuncio de Salud fue que se armará en el lugar un dispositivo en emergentología del mismo nivel que se instaló en el Luis Chrabalowski en Uspallata, y que tan óptimos resultados dio ante la tragedia del ómnibus de TurBus. De no haberse contado con ese equipamiento y las capacidades profesionales dispuestas en el lugar, probablemente el número de víctimas fatales hubiera sido mayor a las 19 sufridas.

La comunidad espera entonces que con prisa y sin pausas, esta ejecución hospitalaria -pionera en el departamento- esté lista para la fecha prevista, y en los meses iniciales de 2018 puedan atenderse los primeros pacientes.

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