Indígenas nómadas de la etnia Mashco Piro mataron a flechazos a un comunero en la remota Amazonía del sureste de Perú, informó hoy la fiscalía.
Jorge Corimanya, fiscal de la provincia de Manu, confirmó que el cuerpo de Víctor Zorrilla, de 71 años, fue llevado a la morgue de un hospital de la región Cusco. En el cadáver se hallaron tres puntas de flechas de bambú en la espalda, el pecho y el abdomen que le dispararon los indígenas. No se conocen los motivos por los que el comunero fue asesinado.
El hecho ocurrió el sábado en un sitio boscoso de la comunidad nativa Diamante pero la noticia recién se dio a conocer debido a lo remoto del lugar, dijo el fiscal.
Walter Zorrilla, hijo del fallecido, dijo su padre salió a pescar el sábado y no regresó. El lunes unos 20 comuneros salieron a buscarlo y encontraron su cadáver. "Le ha tocado un grupo malo, no todos son así, hay otros que no son así", comentó.
Grupos aislados
En noviembre de 2016, cerca de otra comunidad llamada Santa Rosa de Serjali ocurrió un enfrentamiento entre pobladores e indígenas aislados que dejó al menos un Mashco Piro muerto por un tiro de escopeta.
La comunidad de Diamante, cuyos más de 400 miembros pertenecen a la etnia Yine, vive en una remota zona amazónica en cuyos límites aparecen con cierta frecuencia grupos de indígenas en aislamiento que hablan una lengua antigua y piden machetes, plátanos y ollas a los comuneros.
Desde 2011 se han producido contactos esporádicos entre comunidades nativas y grupos de indígenas aislados. Los expertos del gobierno no han establecido una razón específica para explicar por qué los segundos, que son nómadas, están saliendo de sus zonas habituales de tránsito en los bosques.
Las leyes peruanas prohíben el contacto físico con unas 15 tribus aisladas del país, que se calcula tienen entre 12.000 y 15.000 en la Amazonía al este de los Andes. El argumento principal del Estado es la seguridad de los indígenas: afirman que sus sistemas inmunológicos son muy vulnerables a los gérmenes que portan otras personas.
Los expertos coinciden en que los Mashco Piro, unos 600 actualmente según cifras oficiales, optaron por vivir en aislamiento desde el siglo XIX como una manera de huir de los extraños que los esclavizaban para obtener caucho y en épocas más recientes, madera.