Un hombre borracho metió a su nieto en el horno y lo dejó morir calcinado. Los restos del pequeño fueron hallados por su madre cuando regresó a su casa.
Ocurrió el martes en una localidad rusa llamada Kharoy. Según informó el Daily Mail, Viktoria Sagalakov, una joven de 20 años, dejó a su hijo de 11 meses al cuidado de sus padres para poder irse de viaje.
Los investigadores creen que tanto el hombre como la mujer bebieron grandes cantidades de vodka para paliar las bajas temperaturas que se registraron por estos días en Siberia.
En un momento determinado el abuelo del Maxim lo tomó entre sus brazos y lo puso adentro del horno encendido. "Los abuelos se emborracharon y mataron al bebé", explicaron desde el Comité de Investigación regional a cargo de los delitos graves.
El cuerpo del pequeño fue hallado por su propia madre cuando regresó a su casa. Evgeniy Borgoyakov, un vecino de la familia, dijo a los medios rusos que el hombre se había "vuelto loco por el alcohol".
Sin embargo, otros vecinos aseguraron que Miyagashev y su mujer, de 42 años, solían cuidar muy bien del pequeño. El caso será investigado como un asesinato y la pareja podría ser condenada a cadena perpetua.