Hay vecinos en el entorno del edificio de la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo que jugaron en el lugar a las cartas y al billar, que asistieron a clases de baile o que fueron a un casamiento o cumpleaños de 15.
También vieron cómo el inmueble quedaba abandonado en los ‘90 y era saqueado, al punto que uno sacó todas las puertas y las guardó para que no se perdieran. Hoy celebran el inicio de las obras de recuperación del sitio patrimonial.
Hace un mes comenzaron los trabajos por parte de la comuna de Godoy Cruz para devolver a la edificación su aspecto original, reforzar la estructura y salvarla del deterioro del tiempo y el vandalismo. El objetivo es convertirla en un centro patrimonial artístico, para que tenga una función similar a la del pasado, cuando era un ámbito que contenía a los inmigrantes italianos y un espacio cultural.
Benito Alarcón, quien vive al lado desde hace 40 años, cuenta que cada noche iba a jugar a los naipes, al billar o al ping pong, y que cada tanto ponían unos tablones en el patio para cenar.
Él llegó a integrar la comisión directiva de la desaparecida entidad y vio con frustración cómo el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (de la Nación) intervino la Sociedad Italiana, y el inmueble pasó a manos de la Federación de Entidades Mutualistas de Mendoza, que lo utilizó por un tiempo y luego quedó abandonado.
El hombre comentó que del interior desaparecieron muebles, dos billares, tres heladeras y que se convirtió en un lugar lleno de pericotes, al que entraban personas a drogarse.
En más de una oportunidad, indica, pidió que se le diera un uso al edificio. Por eso, considera “espectacular” que se lo esté restaurando con el objetivo de que vuelva a tener vida.
Norma Bertola (59), quien nació en una casa frente al inmueble que fue declarado Patrimonio Cultural del departamento en 2007, se manifestó contenta con que no hayan tirado abajo la edificación antigua. La mujer recordó que todas las noches, a partir de las 20, se juntaban los italianos allí, pero que también se le dio diversos usos.
En el lugar, algunas escuelas tenían sus clases de educación física. También funcionó una escuela de danza clásica -a la que Norma asistió- y se daban clases de gimnasia para mujeres. Se festejaron casamientos y cumpleaños de 15, y se hicieron fiestas de fin de año de los colegios. Eso, hasta que quedó vacío, oscuro y peligroso; algo que cambió hace dos años, cuando el municipio puso serpentinas y un reflector.
Nueva vida
El jefe del Departamento de Patrimonio y Arte de Godoy Cruz, Guido García, explicó que, increíblemente, los muros de adobe, que datan de principios del siglo pasado, no tienen fisuras. Pese a eso, se le van a colocar unas “costillas” en la nave principal para reforzar la estructura.
También se van a cambiar los techos, que eran de caña y adobe, por unos más livianos, pero se mantendrán las cabreadas de madera. Y se van a restaurar los revoques, que estaban muy deteriorados.
El objetivo es que recupere la apariencia del pasado, por lo que se va a intentar reutilizar los pisos y, donde no sea posible, se conservará un sector testigo. Se repararán las esculturas de la fachada -una mujer sentada y dos águilas en los costados- y las molduras, tomando como referencia las que estén intactas.
En el patio se construirán sanitarios nuevos y dos aulas. Asimismo, se cambiarán los tendidos eléctrico, de gas y cañerías. La obra, que tiene un plazo previsto de seis meses, demandará una inversión de unos 8 millones de pesos.
García comentó que, mientras realizaban el relevamiento -luego de que el edificio fuera expropiado por el municipio-, se acercó un vecino a decirles que él había sacado las puertas para preservarlas cuando comenzaron los saqueos y las llevó a su casa. El hombre las devolvió y la mayoría de ellas, salvo unas pocas en muy mal estado, volverán a su lugar.
El funcionario señaló que en el recuperado edificio de la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo se abrirá un centro patrimonial artístico y que la sala principal será un espacio para exposiciones de arte.
En otro sector habrá un museo del inmigrante, con objetos y fotos de los italianos que llegaron al departamento. Y también habrá talleres de las Aulas para el Tiempo Libre (de la UNCuyo): hasta ahora se ha definido que se dictarán clases de italiano.
Emblema en pie de la inmigración italiana
María Antonieta Martinis fue presidenta del Centro Italiano de Mendoza y empezó a pelear para que se le diera un uso al edificio abandonado en 2003. Lo hizo para conservar una propiedad para los italianos, ya que otras se han ido perdiendo, como el hospital y el círculo. Pero también porque cuando llegó a Mendoza desde Forni di Sotto (un pequeño pueblo del norte de Italia), en 1948, la Sociedad Cristóforo Colombo fue su “casa matriz”.
La mujer contó que sus padres querían vivir en paz y por eso emigraron a Argentina, y que siempre dijeron que “habían venido al paraíso terrenal”. Sin embargo, como muchos que los precedieron, se encontraron con una gran dificultad: a diferencia de los inmigrantes españoles, no conocían el idioma. María Antonieta señala que ella, con 4 años, sólo hablaba friulano, el dialecto de la región.
En la Sociedad Italiana encontraron un lugar donde se los recibía y se les buscaba trabajo, y, desde mediados de siglo pasado, donde podían compartir actividades sociales y culturales con sus compatriotas.
“Lo importante es que hay un edificio emblemático de la comunidad italiana, que es una muestra del trabajo y esfuerzo de esos inmigrantes. Que sigue en pie y servirá a todos los vecinos de Godoy Cruz”, planteó satisfecha María Antonieta Martinis.