Te abrimos las puertas a una nueva casa de ensueño y para ello viajamos a Italia, a una pequeña ciudad en el sur de Salento, para aprender lo que, con un poco de buen gusto, se puede hacer con una casa de pueblo centenaria y destartalada. Concretamente en la localidad de Patu se levanta esta vivienda del siglo XVII que el arquitecto Luca Zanaroli ha rehabilitado y reconvertido en una moderna residencia campestre.
UNA MIRADA AL PASADO
En su primera vida, la casa fue vivida y utilizada en su conjunto como un establo de caballos. La propiedad, de 150 m², fue abandonada durante años. Hoy en día siguen quedando restos de su pasado en forma de pátina en el patio interior, de puertas de establos restauradas e incorporadas en el hogar y de bebederos antiguos que ahora sirven como sumideros, entre muchos otros elementos.
La superposición de ítems históricos ha dado lugar a espacios vivos y dinámicos, que reflejan distintas épocas y enlazan el pasado y el presente. El edificio actúa como un espejo urbano en el que el paso del tiempo se ve reflejado.
SOLUCIONES TRADICIONALES
En el estado original, la planta alta ocupaba la mitad de la superficie y servía de pajar. La casa conserva la estructura que conforman las cuatro grandes salones y da la bienvenida a las principales actividades de los propietarios y sus invitados, mientras que las áreas de servicio se construyeron desde cero en forma de pequeños volúmenes.
La intervención se ha centrado en la investigación y en el descubrimiento de sus elementos originales muy representativos de la arquitectura tradicional, que se reintegraron con el fin de preservar la identidad del edificio, empleando recursos creativos al menor costo, por medio de un trabajo de limpieza, acercamiento y descubrimiento para alcanzar un resultado óptimo.
ESPACIOS SENCILLOS
La amabilidad cromática, la limpieza de líneas y la claridad constructiva nos hace comprender que se trata de un espacio diferente, donde conviven elementos del pasado y del presente que se reducen casi a materiales y luz.
La sencillez del diseño y la escasez de ornamentación nos hacen apreciar de manera más cercana la presencia del material y los planos perimetrales. Dentro y fuera, la casa está texturizada con muebles de madera, cuero y metal, en formas simples y con mobiliario austero, reduciéndose a lo necesario. Sin duda, el hilo conductor de la casa es el pavimento de baldosa hidráulica original, pigmentado con motivos geométricos. Los suelos y paredes reflejan la luz natural favoreciendo la claridad en cada ambiente.
La nueva escalera fabricada en acero negro aporta un toque vanguardista con un acabado de textura áspera proporcionado por la pátina natural del material.
CON LUZ PROPIA
Lo primero que llama la atención en esta vivienda son los desahogados espacios, con alturas infinitas y sus ventanales altos que hacen que la luz reine, desde arriba, en toda la casa. En las habitaciones, con más de 5 metros de altura y 25 m² cada una, el aire fluye. Una de estas habitaciones se ha colocado en altillo para aumentar el número de camas, convirtiendo la parte inferior en un armario con baño incorporado.
La antigua línea de falso techo se elimina para potenciar ahora el volumen total. Una altura coronada por techos de bóvedas que resaltan por sus formas estrelladas en piedra, y otorgan al espacio una espectacular altura libre que resalta los elementos originales. No obstante, la sencillez llama al descanso, y una vez envuelto en esta clara habitación de sábanas blancas y luz natural, uno no puede más que dejarse vencer por el sueño en una atmósfera íntima.
CONSERVAR Y ADECUAR
En la cocina y el comedor hay una chimenea de piedra, un elemento que destaca dentro de la continuidad de materiales y texturas del conjunto. El diseño interior se caracteriza por la homogeneidad, salpicado el espacio de luz se encuentra la puerta acristalada con marco de acero pulido que conduce al patio al aire libre donde se encuentra el comedor y el jardín. El mobiliario es mínimo y basado en objetos de artesanos locales de los alrededores.
La sensación de vivir entre dos tiempos nos acompaña en todo el espacio.
BEBEDEROS EN LA COCINA
La idea de combinar los elementos originales de la construcción con el diseño tiene quizás su máximo exponente en la cocina. Aquí se aprovecha el antiguo bebedero como pila y la piedra se muestra desnuda, aportando un toque rústico y bohemio.
Las paredes, suelos y techos se cubren con mortero de cal y cemento, con colores suaves y cálidos para atrapar a los tonos de la piedra de la zona.
COCINA AL AIRE LIBRE
El jardín, al que se accede desde los antiguos establos a través de una puerta totalmente acristalada hecha de perfiles de acero bruñido, es un espacio que probablemente fue una vez utilizado como un recinto para los animales.
Este ambiente ha sido recuperado para realizar una cocina exterior con una mesada de obra con una zona pavimentada para dar cabida al espacio de comedor con piedra recuperada. Las piezas fabricadas, desde el pavimento de mampostería a las paredes, de cemento y cal blanco, se han utilizado a fin de hacer visible la nueva intervención en contraposición con la estructura existente.
Fuente: habitissimo.es