Es sorprendente como a veces el fútbol y el ajedrez se parecen. Es que los entrenadores tienen que estudiar al rival y detectar en donde se los puede lastimar.
Definitivamente ayer fue Jorge Newbery el que entendió el partido y por eso logró su segundo triunfo ante un Luján que nunca pudo acomodarse y así cayó claramente 2-0 en el Bajo.
Si bien el primer tiempo fue un dolor de ojos para las personas que se acercaron a la cancha del Granate, en el segundo las cosas mejoraron un poco más. Sólo un disparo de Lázaro y un cabezazo de Rodríguez fueron las jugadas que despertaron a los hinchas.
Apenas arrancó el segundo tiempo la delicada zurda de Lucio Barroca abrió el partido gracias a un tiro libre que hizo estéril la volada de Matías Pérez.
Después de ese gol Luján entró en un descontrol incomprensible y así le cedió el control emocional del partido a los puntanos, que tuvieron varias situaciones de gol, pero entre el mal estado de la cancha y la poca eficacia de los delanteros los dirigidos por Sergio Coleoni dejaban con vida a un Granate que fue con todo y sin ideas para tratar de empatar.
Pero una contra dejó solo a Rosales que definió el partido con una vaselina por encima de Pérez para cerrar un partido ideal para la visita y una pesadilla para un Luján que deberá recuperar puntos ante Huracán.