Un gobierno sin lugar para los extraños

Un gobierno sin lugar para los extraños

Marcelo Zentil - mzentil@losandes.com.ar

Alfredo Cornejo ha demostrado en cada nombramiento que su círculo de confianza es muy chico, demasiado, y no hay lugar para extraños a ese grupo en su gobierno. Mejor malo conocido que bueno por conocer, parece ser su frase de cabecera.

Aunque en privado sus funcionarios intentan mostrarlo abierto y hasta “delegador”, los hechos terminan dando la razón a quienes piensan que el Gobernador es desconfiado y sólo pondera a los leales que lo acompañan desde hace años y lo ayudaron a desmalezar su camino al sillón de San Martín.

La postulación de Sergio Marinelli es una ratificación de ese estilo. Es un soldado de su tropa y será un brazo suyo en Irrigación. Cornejo, mientras dure su mandato, asumirá de hecho también la “gobernación del agua”.

Es cierto que el de superintendente de Irrigación es un puesto que suele despertar las veleidades de quienes lo ocupan y Marinelli, si pasa el filtro del Senado, tal vez termine cayendo en la tentación. Hay varios ejemplos en el pasado,

Los peronistas Eduardo Sancho y Carlos Abihaggle soñaron en algún momento con dar el salto al despacho principal de la Casa de Gobierno. Hasta el recién salido José Luis Álvarez tiró su nombre a la superpoblada lista de precandidatos del Frente para la Victoria en 2015.

Con su decisión, Cornejo contradijo lo que había dicho en la previa: el elegido sería un técnico o un técnico con manejo político. Pero nunca un profesional de la política.

Marinelli no encaja en ninguna de las dos primeras categorías por más que haya ocupado dos veces la secretaría de Servicios Públicos.

Este cargo exige una “rosca” permanente con empresas eléctricas y de transporte, por ejemplo.

Marinelli también fue ministro de Gobierno de Cobos, hace una década. Un rol eminentemente político en un gobierno en el que la política tuvo un gran protagonismo, con Cornejo a la cabeza como estratega del acuerdo con el kirchnerismo.

Marinelli fue parte del radicalismo K y ese posicionamiento lo distanció en ese momento de su otrora jefe, Ernesto Sanz, el que en 2003 lo soñó como su sucesor en la intendencia de San Rafael.

Ese sueño se frustró cuando el ahora candidato a Irrigación perdió frente al peronista Omar Félix y dio inicio a una dinastía política departamental con una seguidilla de cuatro mandatos consecutivos, hasta ahora.

Marinelli, si lo avalan las bolillas blancas, deberá dejar su puesto con una misión inconclusa: luego de 15 meses de gestión, poco se sabe de la licitación del nuevo sistema de transporte público de pasajeros.

Tal vez se deba al bajo perfil que lo definió en esta etapa o a que en realidad avanzó poco en un área que requiere definiciones estructurales.

Esa tarea le quedará al que lo suceda. Un nombre que no se conocerá hasta que Marinelli deba emigrar, en un mes, si el trámite sale bien.

Pero que seguramente ya está en la cabeza de Cornejo. El Gobierno es él.

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