El tenista serbio Novak Djokovic cometió un acto de imprudencia que le pudo haber costado la pérdida de un ojo.
Tras ganar ayer el M1000 de Roma, en la final ante Roger Federer, el número 1 del mundo abrió una botella de champagne durante la ceremonia de premiación y el corcho salió eyectado pegándole en la frente, muy cerca de los ojos.
"Nole" quedó sorprendido ante la situación y tardó en reaccionar, pero tendrá que ser más precavido ante la próxima vez.
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