El bautismo en casa representaba toda una prueba frente a su público y se abría paso una gran incógnita: ¿cómo iba a responder el nuevo Tomba? Y la respuesta fue lapidaria: goleada y esperanza de un futuro soñado.
Y es que este modelo 2014 es totalmente renovado. Sin los apellidos importantes de antaño, con “varios desconocidos del ascenso” y con otros que volvieron al club buscando una revancha, el Tomba se apoya en sus bastiones más importantes por experiencia y categoría: Diego Rodríguez y Rubén Ramírez.
También el examen involucraba a un alumno especial: Carlos Mayor. El entrenador estaba frente al primer desafío grande de su carrera, después de criarse en la reserva de Argentinos y pasar por Almagro y Atlanta.
A la luz del resultado, el DT y sus “discípulos” abrocharon un aprobado. Se sacaron de encima la mochila que siempre genera el arranque de campeonato y las dudas que se generan alrededor con la mirada de los hinchas y especialistas.
El equipo no lució un fútbol exquisito como otras épocas, pero mostró que no quiere ser de transición, con un “hambre” de triunfo que desbordó desde que comenzó a rodar la pelota.
Si ya a los 10’’ de juego había dado señales y no estuvo arriba porque Tito falló en el cabezazo en forma increíble.
Si hay algo que no se le puede reprochar a estos muchachos es la entrega, peleando cada bola como si fuese la última de sus vidas.
Consciente de sus limitaciones y tratando de aprovechar al máximo las virtudes y lo que le proporcionaba un Banfield extremadamente endeble en el fondo.
No hay dudas de cuáles fueron los puntos positivos del Expreso para empezar con el pie derecho. Letal y efectivo en el área contraria. Enorme compromiso para defender lo que conseguía por méritos propios y errores ajenos. Su rival perdonó arriba y sufrió demasiado abajo. Y el Expreso festejó.
Hay varios aspectos para rescatar en lo colectivo: la solvencia de Moyano en el arco, el despliegue de Torito, la frescura de González y la capacidad goleadora del inoxidable atacante santafesino, que volvió con las armas cargadas.
A esto se agrega el aprovechamiento de las pelotas paradas con un López inspirado. En la lista del debe los desacoples y la falta de sincronización en defensa, algo que deberá mejorar para lo que viene.
Mayor sabe que todavía su elenco se encuentra en plena formación y que tiene mucho que transitar en el certamen. Tiene que ir plasmando un estilo que lo distinga.
Tarea para nada fácil, pero que siempre es mejor buscarla con una victoria sobre la espalda. La confianza es fundamental y los triunfos ayudan en la concreción del objetivo principal.
El Expreso dio el primer paso. Y lo hizo a toda marcha. Demoledor de principio a fin.