Científicos de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, que simularon la trayectoria de la pandemia, destacaron que el aislamiento social no detendrá al nuevo coronavirus y se requerirán períodos repetidos de distanciamiento social hasta 2022 para evitar que los hospitales no colapsen.
El estudio se realizó cuando Estados Unidos entra en el pico de su número de casos de COVID-19 y los estados de esa nación observan una eventual relajación de las medidas restrictivas duras.
La simulación por computadora del equipo de Harvard, que se publicó en un artículo en la revista Science, indica que el COVID-19 se volverá estacional, como los coronavirus estrechamente relacionados que causan el resfriado común, con tasas de transmisión más altas en los meses más fríos.
Pero aún se desconoce mucho sobre el mal, incluido el nivel de inmunidad adquirido por una infección previa y cuánto tiempo dura, dijeron los autores. "Descubrimos que es probable que las medidas de distanciamiento social por única vez sean insuficientes para mantener la incidencia del SARS-CoV-2 (Coronavirus) dentro de los límites de la capacidad de atención crítica en Estados Unidos", remarcó el autor principal Stephen Kissler.
"Lo que parece ser necesario en ausencia de otro tipo de tratamientos son los períodos intermitentes de distanciamiento social", agregó. De todas maneras, se requerirían pruebas virales generalizadas para determinar cuándo se han cruzado los umbrales para reactivar el distanciamiento, dijeron los autores.
Mark Woolhouse, un epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Universidad de Edimburgo, dijo que "este es un estudio excelente", aunque remarcó que "es importante reconocer que es un modelo; es consistente con los datos actuales, pero no obstante se basa en una serie de suposiciones, por ejemplo sobre la inmunidad adquirida, que aún no se han confirmado".
El último balance de la Universidad Johns Hopkins -centro de referencia de los datos- indicó el martes que Estados Unidos registró 2.228 muertes en 24 horas por coronavirus. El total de muertos en el país superó ya los 25.000, la mayor cifra a nivel mundial.