Con el acento puesto en analizar el nivel de contaminación que produce la producción de ganado vacuno a nivel mundial, el profesor de Física Ambiental del Bard College en Nueva York, Gidon Eshel, efectuó una investigación que no tardó en generar voces en contra. Es que entre otras conclusiones, el estudio indicó que producir vacas es más nocivo para el medio ambiente que otros animales, como el cerdo o las aves.
Ocurre que -de acuerdo a la investigación del científico estadounidense- en comparación con las demás proteínas animales, la carne vacuna produce cinco veces más gases de efecto invernadero por caloría. Pero además, despide seis veces más nitrógeno contaminante del agua, requiere once veces más agua para irrigación y utiliza 28 veces más terreno, tal como lo indica el estudio que publicó el lunes la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Eshel apuntó que las vacas no son eficientes para convertir alimentos en proteínas para consumo humano y empleó cifras del gobierno de Estados Unidos para calcular las emisiones de aire y agua como así también cuánta agua y terreno se utilizaban en la producción de carne vacuna, porcina, aves, productos lácteos y huevos.
Si bien otros estudios han analizado el tema, ésta es la investigación más exhaustiva que compara los costos ambientales de las diferentes carnes y otras proteínas animales.
Luego de la publicación, las repercusiones no tardaron en llegar. Un vocero de la Asociación Nacional de Ganaderos Vacunos, Chase Adams, dijo que el estudio “representa una flagrante simplificación de los sistemas complejos que integran la cadena de valores de la carne vacuna'”.
Adams agregó que la industria de la carne vacuna ha mejorado su sostenibilidad ambiental en los últimos años y que Estados Unidos produce carne vacuna con menos emisiones de gases de efecto invernadero que cualquier otro país. En el estudio, la carne porcina, las aves, los productos lácteos y los huevos tenían efectos ambientales comparables, tan parecidos que no había diferencias significativas entre ellos, dijo Eshel.
Pero la carne vacuna fue otra historia completamente distinta. El estudio no investigó las plantas o los peces criados para consumo humano.
Las vacas emiten mayor cantidad de metano, un gas que es docenas de veces más potente que el anhídrido carbónico. Su sistema digestivo las hace producir considerablemente más metano que los cerdos, los pollos o los pavos, agregó. El estiércol utilizado para el forraje de las vacas también despide metano, al igual que sus propios excrementos.