José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Tras haber saboreado los anuncios de obras para Mendoza que prevé el Presupuesto nacional para 2017, Alfredo Cornejo volvió a la realidad que lo aqueja y que, más allá de la tranquilidad de haber puesto bastante orden en las cuentas provinciales, limita sus acciones de gobierno y hace lenta la transformación del Estado que pretende.
En la semana el Gobernador comentó públicamente su preocupación por la tremenda incidencia, entre 95 y 97 por ciento, de los gastos corrientes en el presupuesto provincial, dejando un margen ínfimo para la inversión. Esta situación llevó al titular del Ejecutivo a ser cauto en sus juicios con respecto a anteriores gestiones, porque más allá de que la actual crisis en materia de infraestructura en que se encuentra Mendoza es atribuible a desatinos de períodos previos, es consciente de que en su actual función tiene la obligación de aportar soluciones ante la fuerte demanda social existente.
En términos similares se pronunció durante una recorrida que hizo a dependencias judiciales junto a su gran apuesta en la implementación de medidas contra el delito, el nuevo procurador general de la Corte, Alejandro Gullé. Admitió allí Cornejo que el Estado está gastando más recursos pero prestando peores servicios. Y también dijo darse cuenta de que “tenemos un crimen organizado pero también el Estado más desorganizado”. “El Estado está gastando más recursos y presta peores servicios”, remarcó en una definición efectuada en el marco de la visita a dependencias judiciales, aunque la apreciación tranquilamente se podría trasladar a todos los ámbitos del Estado sin temor a equivocarse.
Volviendo a la política de seguridad, en el Gobierno están advirtiendo que la sanción en pocos meses de casi una docena de leyes no son garantía de eficiencia mientras se mantengan las limitaciones que el titular del Ejecutivo se animó a sincerar.
Con el margen de acción por parte del Estado que blanqueó Cornejo será muy difícil tener los recursos necesarios para la seguridad y la renovación carcelaria, que requieren inevitablemente de fuertes inversiones. “La seguridad necesita soluciones que siempre resultan caras cuando hay un Estado casi fundido”, reflexionaba ayer un reconocido ex funcionario radical con mucho rodaje en dicha área.
Los socios políticos y la oposición. Mientras el oficialismo debe salir a pensar y definir cómo mover el pesado Estado heredado, quienes comparten el frente gobernante y el principal partido de la oposición encaran distintas realidades pensando en el año electoral que viene.
El líder del macrismo en Mendoza, Omar De Marchi, participó de reuniones con otros presidentes partidarios provinciales, la gobernadora de Buenos Aires y el jefe de Gabinete de la Nación planificando la organización del Pro como partido de alcance nacional. En ese marco también buscarán constituir la mesa de Cambiemos en todas las provincias.
En Mendoza se constituirá, además del Pro, con la UCR, la Coalición Cívica, el PD y el partido Fe, que lidera Gerónimo “Momo” Venegas.
Obviamente, no están incluidos partidos que aquí conformaron el triunfante frente Cambia Mendoza, como el Frente Renovador de Massa y Libres del Sur. Hay quienes ya se preguntan si la conformación de la mesa de Cambiemos llevará a Cornejo a replantear su sociedad política con el massismo y otras agrupaciones que a nivel nacional confrontan con Macri.
En cuanto al PJ local, más allá de cierto consenso para una nueva mesa de conducción, las cosas continúan confusas y con disconformismo. Allegados al ex senador nacional Adolfo Bermejo destacaron en estos días lo que consideraron un gesto del maipucino al dar un paso al costado en su carrera a la presidencia partidaria. Dicen en su entorno que de esa manera el también ex candidato a gobernador “demostró con hechos lo que venía planteando desde hace meses: que debe ser el llamado poder territorial de los intendentes el que defina dicha situación”.
El mayor de los Bermejo es uno de los dirigentes de más trayectoria que consideran que el peronismo debe mostrarse unido como partido pero también ejercer una oposición que ayude a la gobernabilidad, aunque “sin permitir que alguien en el Gobierno se abuse de esta postura”.
En cambio, otros grupos de dirigentes, en varios casos también pertenecientes al sector Azul, que tiene el poder de sus intendentes, consideran que al peronismo le faltan nuevos cuadros y se animan a vaticinar que con lo que se está viendo hasta el momento puede llegar a ser segundo en esta provincia por bastante tiempo más.
En ese grupo opinan que no hubo ni hay autocrítica por la sucesión de errores de gobierno que llevaron a la derrota ante Cornejo y que algunos de los que mantienen poder, a través de sus comunas, están más atentos a los recursos que puedan llegar vía Nación o por la Provincia que al reacomodamiento partidario.
También están sectores más allegados al kirchnerismo, como el que encabeza Guillermo Carmona, que piden que tanto a nivel nacional como local el PJ se una para ejercer una oposición más firme que la actual al macrismo y al cornejismo. Y entre las estrategias nadie descarta pensar en peronistas, como Massa, que están fuera del PJ. En ese sentido están los que si ven que la reorganización partidaria no se concreta a tiempo, o no seduce, pueden pegar el salto buscando un mejor horizonte político. Y también están los que, como Carmona, no descartan una unión con Massa y otros que se fueron, pero siempre y cuando éstos regresen al justicialismo, algo difícil de pensar en estos momentos.
Esta etapa de reorganización que presentan tanto los aliados políticos como el eje de la oposición le permite al cornejismo gobernante ensayar las medidas que permitan en algún momento lograr que el Estado provincial sea más eficiente y ágil. Aun llegando a prescindir de los socios políticos que a nivel nacional no lo son del macrismo, porque no pertenecen a Cambiemos, el oficialismo mantendrá aquí el respaldo justo para imponer los cambios que considere necesarios. Casi no quedarán excusas para que no sea así.