Un espectáculo que crece fuera de lo tradicional

Por segundo año, en Buenos Aires se disfrutó de una categoría cuya velocidad no elimina contaminantes.

Un espectáculo que crece fuera de lo tradicional

Cuesta aferrarse a la idea de ver pasar un auto de competición en una recta a más de 200 k/h y no percibir un sonido ensordecedor. Esa dificultad, sin dudas, se sustenta no tanto en el portentoso ruido de las máquinas deportivas convencionales sino en el hecho de estar acostumbrado a sentirlo en ocasiones de este tipo.

Pues bien, quien se acercó hasta Puerto Madero bajo un sol abrasador, con la única intención de deleitarse con el sonido de un auto de carreras, sin dudas no se decepcionó. Por el contrario, la segunda presentación consecutiva de la Formula E en Argentina, dejó más que satisfechos a quienes buscan alternativas diferentes para el deporte.

Velocidad pura sin contaminantes. Poco ruido, es cierto, pero muchas nueces. Tecnología al servicio del deporte y en busca de un futuro que, inmerso en lo tradicionalista de la actividad, al menos aquí en el país, aparece como lejano.

Baterías eléctricas recargables en lugar de combustible, como alimento de un impulsor de una potencia máxima de 270 caballos de fuerza (200 Kw) en clasificación.

De 0 a 100 en escasos 3’’ y una reducción en carrera de aquel rendimiento, aunque con la posibilidad de ser beneficiado por el público, que participa activamente en la carrera a través del denominado Fan Boost.

Silenciosos monoplazas que parecen salidos de una pista scalextric, pero que impresionan. Modernidad, pero también buena parte de tradición con los stands de sponsors prolijamente dispuestos en el corazón del circuito de 2.480 metros de extensión. En medio de este contexto, una carrera que no alcanzó el grado de tensión de 2015, pero que reflejó un nuevo paso de la categoría por el país.

Fue la cuarta fecha del campeonato y el gran vencedor resultó ser el inglés Bird, que ganó en Buenos Aires su primera pole en la categoría y solamente cuando se detuvo a cambiar de auto (por el consumo de las baterías deben usar dos por carrera), cedió el británico la posición de privilegio a manos del brasileño Piquet Jr.

Con el correr de las vueltas, el liderazgo volvió a ser suyo y dejó la lucha fuerte para la segunda posición, con el protagonismo del líder del torneo, el suizo Buemi, extirpándole la segunda posición al brasileño Di Grassi, su principal oponente en la lucha por el campeonato, luego de largar último tras una mala clasificación.

Buemi limó en los últimos giros la distancia con Bird, lo atacó hasta los últimos metros y le otorgó a la prueba una dosis de emotividad. De todas formas, debió conformarse con la segunda colocación, delante de Di Grassi. El festejo, en la calurosa tarde de Buenos Aires, quedó reservado para Bird.

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