En medio de un clima económico que preocupa a jugadores, dirigentes y cuerpo técnico, Atlético Palmira venció a Huracán SR por la mínima diferencia y se recuperó de la derrota sufrida el pasado sábado en el Bajo, ante Luján de Cuyo.
Los dirigidos por Cristian Andrada justificaron los tres puntos obtenidos a partir del buen destino que le dieron, por momentos, al balón.
Lo mejor llegó durante la primera etapa, cuando el conjunto “aurinegro” generó claras situaciones para ampliar el marcador, que se abrió cuando corrían 8 minutos. Malinar (aunque Juárez reclamó el gol para él) le dio fuerte a un balón que nadie pudo despejar en el área y desató el delirio local y el desahogo para un plantel que no cobra desde que comenzó la pretemporada.
Huracán SR fue una sombra durante ese primer capítulo. Apenas se cuenta la gran acción colectiva del “Globo” sureño que dejó solo a Carrión de frente a la valla de Olguín y que terminó con la gran atajada del arquero.
Antes y después fue más Palmira, que tuvo la chance de ampliar con Tersgini y el “Tanque”, aunque González se vistió de héroe para impedirlo.
El descanso pareció adormecer las intenciones de unos y otros. El local continuó con su dominio territorial y de balón, aunque no estuvo fino para la última puntada y por eso comenzó a sufrir.
Los sanrafaelinos, con Emmanuel Carrizo y Zolorza como artífices del primer pase, crecieron, adelantaron sus líneas y provocaron algunas chances para igualar. La más clara llegó de un cabezazo del “10” luego de un tiro de esquina, pero el balón se fue ancho.
Hubiera sido un premio demasiado exagerado porque fue el “Jarillero” quien más hizo por el triunfo y que tuvo a Cayla como abanderado del sacrificio y la lucha.
Sobre el final, cuando el encuentro llegaba a su final, bajo un polémico arbitraje de Facundo Coronel Pérez, quien dejó pasar algunas acciones desleales, Ferro dilapidó la posibilidad de aumentar a través de un cabezazo que se fue ancho.
El pitazo final encontró a todos los muchachos locales abrazados en el medio, mostrando la unión de un plantel que sufre el mal momento económico de la entidad. “No hemos visto ni 50 centavos”, confió Malinar en un claro gesto de descontento. Sin embargo, cuando la pelotita empieza a rodar, ellos se juegan el pellejo. Como debe ser.