Llegó de España para hacer 360 km en bici y cumbre en el Aconcagua en 36 horas

Fresco, espontáneo, verborrágico y sin límites. Así se presenta a simple vista Rubén López, un empresario multirubro español de 41 años y CEO de Fundación Invencible, que desde mayo del año pasado se propuso realizar desafíos imposibles para dar visibilidad a las acciones que realiza su organización.

Ya ha completado cinco de los nueve que se ha propuesto terminar en mayo de este año con la ascensión al monte Everest sin oxígeno. En esta oportunidad la aventura lo trae a Mendoza, más precisamente al "techo de América". El nuevo reto consiste en recorrer 180 kilómetros en bici desde el Cóndor, en Guaymallén, llegar a Horcones para subir corriendo los 6.962 metros del Cerro Aconcagua, descender y volver al punto de partida pedaleando, todo eso en 36 horas sin descanso.

El desafío comenzará a las 16 de este miércoles y el español planea terminarlo el viernes 25 de enero a las 8.

No será la primera vez que el español se exponga a desafío extremo, desde que inició su aventura, López ya ha realizado tres ascensiones al Kilimanjaro, ha completado 280 km en solo 7 días por el desierto de Atacama, ha nadado 20 kilómetros en el Triángulo de las Bermudas, ha recorrido 350 km en canoa por el río Amazonas y ha caminado 200 km en el Polo Norte en solo 8 días con el fin de recaudar fondos para proyectos solidarios.

Pero la lista no termina ahí, luego de completar este desafío Rubén buscará completar 200km de travesía polar caminando en ocho días, nadar con el tiburón ballena y terminar con la ascensión al Everest sin oxígeno.

-¿Cómo surgen los desafíos?

-Empezamos con la fundación Invencible hace tres años, en principio ayudaba a sus propios proyectos, organizaciones en Filipinas, en Costa Rica, en África y se me ocurrió darle un poco más de globalidad al asunto. No solamente crear acciones propias, sino ayudar a otras fundaciones, otras ONG’s, otras asociaciones que quizás no tienen tantos recursos, una red que permita que los proyectos salgan hacia delante. Se me ocurrieron cosas muy locas, esas que están guardadas en el cajón de retos pendientes y me quedaron algunas afuera que iremos metiendo poco a poco.

-¿Cómo nació la fundación?

-Dábamos dinero a otras asociaciones y yo soy una persona inquieta que le gusta hacer muchas cosas. La cuestión es que llamaba a las fundaciones para ver donde iba ese dinero y era muy difícil, nadie contestaba el teléfono y entonces dije: ‘Voy a hacer mi propia fundación’. Así montamos nuestra propia fundación y estoy encantado de que la gente que quiera venir a ver las cosas que nosotros hacemos pueda hacerlo. Ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes porque estaríamos haciendo más cosas. Pero estoy contento con los tres años y lo que hemos logrado.

-¿Cómo se eligen los proyectos?

-No los elijo yo. Yo elijo el reto y mi mujer que es la directora de la fundación decide a quién va destinado el recurso. Nos llegan muchas peticiones, muchas ideas muchas aventuras que me proponen. Ahora hay de todo en todos los sitios que yo ignorante del mil no conocía (risas). Volcanes, fosas en el medio del mar, miles de kilómetros y me encanta porque no puedo decir que no. Yo proyecto el reto que me veo capaz de realizar y luego con todo un equipo vemos opciones.

-¿Por qué el desafío de hacer retos que nadie había hecho hasta el momento?

-Porque tristemente es la manera de tener repercusión. Si yo simplemente me fuera al Parque San Martín a dar vueltas con una bici nadie estaría hablando. Pero si voy al Aconcagua, me monto en bici, me paro en Potrerillos y nado dos kilómetros y vengo, es más noticiable, tengo más repercusión, llego a más gente y todo eso hace que juntemos más dinero y ayudemos a más proyectos. Esa es la ida, y yo me entusiasmo muy rápido, podría hacer dicho 38, 45 horas o dos días pero dije 36.

-¿Cómo es la preparación para estos desafíos?

-La preparación es muy específica. Cuando estuve nadando en el Triángulo de las Bermudas tuve que compaginar correr con nadar porque tres días antes estaba en el desierto de Atacama haciendo una locura de 280 kilómetros en seis días. Yo no soy nadador, ni ciclista, ni runner y esa es la gracias. Soy deportista 4 o 5 horas al día y después soy muchas cosas. La preparación es larga, tienes que quitarle horas al sueño o los viajes. Hay días que después de conferencias de trabajo a las doce de la noche, termino y me monto en la bici en el salón de casa y estoy ahí cinco horas. Tienes que tener el foco claro de por qué lo haces y para qué lo haces, porque si no no tiene sentido, siempre hay una excusa.

Responsabilidad empresarial y cambio de paradigma

Todo estas "locuras" de Rubén López tienen como objetivo, más allá de la solidaridad, generar un cambio positivo en el mundo empresarial, donde los dueños de las empresas no solo busquen la ganancia económica sino mirar más allá . Y asegura que éste es un otro reto pero que "están trabajando en eso".

-¿Cómo se relacionan los retos con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la que siempre habla?

Es el secreto. La RSC nació en las empresas como una sigla en las empresas, algunas la utilizan para mejorar la imagen o para otros fines. Nosotros queremos hacer algo diferente, que nadie ha hecho. Estamos en busca de crear una comunidad de CEO’s que se impliquen directamente. Esta bien que las empresas den dinero pero hay veces que la gente no se entera. Por ejemplo si el grupo de directivo del diario dona cierta cantidad de dinero para mi reto, yo luego lo destino a una fundación para una causa determinada y está muy bien. Pero si el grupo directivo pone un tweet o publica una foto en Instagram vamos a llegar a una cantidad de gente infinita que va a hacer que conozca el proyecto, que de dinero y todo eso hace que la pelota sea más grande. Esa es la dimensión en la que estamos y a donde queremos llegar. Que la gente se una a mis locuras, que yo me pueda subir a las suyas y al final llegaremos a más gente.

-¿Cuál ha sido la respuesta de la gente y cómo van las donaciones?

Estoy contento, en lo particular y estamos contentos en referente a la fundación. Quizás estamos en un punto de los nueve retos que hemos logrado un posicionamiento tanto de la marca Rubén López, que es la persona que está delante del escaparate, y de la marca Fundación Invencible. Creo que hemos avanzado mucho, pensaba que íbamos a llegar al punto en el que estamos ahora en el sexto reto, cuando estuviéramos a las puertas de ir al Everest. En ese sentido va muy bien, la gente conoce nuestros proyectos propios, conoce que estamos haciendo algo que normalmente no hace ninguna otra fundación en el mundo, que es jugarte la vida para recaudar dinero para otro. Estamos satisfechos

-¿Y el mundo empresarial?

Los CEO’s tienen un poco de miedo, la verdad. Se creen que los voy a llevar en la bici y a subir el Aconcagua, entonces lo que estamos planteando es: ‘Vente, me acompañas a Mendoza, te subís a una combi con todo el equipo, me ves a mi en la bicicleta, buscamos que me acompañes en otra bicicleta diez minutos y después me esperas en Horcones comiendo empanadas’. Estamos trabajando en eso. Normalmente los CEO’s no son muy amantes de la aventura y tienen tendencia a la barriga, pero estamos en ello. Estamos felices porque gente muy conocida en España está vinculándose y dando a conocer los proyectos de la fundación. Y es lo que decía, si no hubiésemos hecho esto no saldríamos en la portada de los diarios. Luego ya veremos si soy capaz de hacer el desafío, pero al final es una estrategia de marketing vinculada a un desafío imposible, que yo soy el primero que quiere que se haga posible. Por ahora todo lo que me he propuesto lo hemos logrado y lo digo en plural porque para que yo pueda hacerlo hay todo un equipo detrás.

Su relación con Argentina

Al nombrar a nuestro país, una sonrisa se le dibuja en la cara. Es que Argentina le trae muy buenos recuerdos. "La verdad le tengo mucho cariño a Argentina", dice Rubén y comienza a contar el por qué de su afecto: "Hace unos cuantos años pasé mi primer verano sin frío en el Obelisco. En España en diciembre hace mucho frío y yo no entendía nada cuando aquí hacían 30 grados y estaba de manga corta y bermudas y fue shock que siempre cuento, que recuerdo con mucho cariño".

Pero también le entusiasma la idea de trabajar con sus empresas y su fundación en nuestro país: "La verdad es que este país me encanta y estamos deseosos de no sólo proyectar aspectos desde la fundación sino de volver a hacer cosas aquí con mis empresas. Estoy convencido de que antes de que acabe el año vamos a volver a hacer cosas".

El escritor detrás del aventurero

El empresario español es sin dudas una caja de sorpresas. En su vida conviven los negocios, el deporte, la solidaridad y también queda lugar para la escritura. "Tengo una novela que no tiene nada que ver con todo esto, es una novela romántica de amor y viajes que he publicado en 2010", comenta el español y asegura que luego de terminar todos los retos narrará sus aventuras: "será también un libro solidario que en mi cabeza está totalmente escrito".

Pero además en los próximos días llegará a Argentina "Lolita se va de pesca", un cuento infantil que narra la historia Lolita, una niña de seis años que va con su papá de aventuras por el mundo. "Es un poco lo que me gustaría hacer con mi hija cuando la tenga", comenta el hombre de 41. Según comenta López, "este es el primer cuento inclusivo que hay en el mercado. Es un libro con ilustraciones que además puede ser leído por niños no videntes a través de su escritura en Braille. Además tiene un código QR dónde se puede escuchar".

Y como la solidaridad siempre está presente en sus proyectos, los recursos de ese cuento van para una fundación española llamada "La hora violeta", que es una organización que estudia la neofibromatosis. Está en castellano, y se va a traducir al inglés y al francés.

Cómo colaborar

Todo lo recaudado en este desafío irá en ayuda de la Fundación Soñar Despierto, una organización que trabaja por la integración social de niños y jóvenes de España. Se puede donar desde un euro en el sitio www.foundationinvencible.org.