Por muchos años se pensó que la creación del Ejército de los Andes fue hecha por el General San Martín cuando llegó a Mendoza como gobernador de Cuyo en 1814.
Lo cierto es que este ejército se creó recién el 1 de agosto de 1816, luego de la declaración de la independencia, hecha por el Soberano Congreso.
Es indudable que la reunión en Córdoba del Director Supremo Pueyrredón y San Martín, a fines de julio de ese año, definió la liberación de Chile y la formación de esta fuerza para emprenderla.
En setiembre de 1814, la llegada a nuestra provincia del entonces coronel mayor y gobernador José de San Martín, trajo cierta tranquilidad ante la difícil situación que vivía el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, puesto que San Martín era uno de los mejores militares en el territorio. Además, en una hipotética invasión realista desde Chile - lo que nunca ocurrió- era el indicado para defender a Cuyo.
Un mes después que asumiera la gobernación, se produjo lo inevitable: la pérdida de Chile. Este hecho, preocupó al Padre de la Patria, al no contar con un ejército de línea para defender un ataque a gran escala por el paso principal por el camino de la Cumbre. Solo se encontraban las milicias urbanas -civiles casi sin instrucción para el combate- y un par de viejas culebrinas de bronce.
Sin pérdida de tiempo, San Martín partió hacia la cordillera para reconocer y evaluar la situación. En aquella zona, mandó a construir guardias y pequeñas fortificaciones como la de Picheuta y Los Patos y erigió los llamados "puestos militares" que debían alertar en caso de invasión.
Además, se estableció un destacamento en Uspallata, con 11 hombres que era renovada cada quince días, al mando del capitán de Granaderos a Caballo José Aldao. También se activaron los fuertes de San Carlos y San Rafael.
Durante su estada en Uspallata, el Libertador aprovechó la oportunidad para recibir a los exiliados chilenos con unos 700 militares chilenos y acompañados por los restos del batallón Auxiliares -de los Andes o de Chile - al mando de Juan Gregorio de las Heras.
En noviembre de ese año, el Director Supremo decretó la formación del batallón de infantería N° 11 con la base de los Auxiliares.
A fines de ese mes, llegó un piquete de infantería del batallón N° 8 ; un grupo de artillería, al mando de Pedro Regalado de la Plaza y dos escuadrones de granaderos a caballo. En total la guarnición de Cuyo la componían unos 1.400 hombres soldados de líneas y milicianos.
A principios de 1815, unos 50 residentes británicos en Mendoza, encabezados por el capitán Juan Young, ofrecieron al coronel San Martín la creación de una compañía llamada"Cazadores Ingleses" la que fue aceptada por el gobernador y pasó a engrosar las tropas de los Cívicos Blancos de Mendoza.
Por aquel año, ante esta difícil circunstancia, se ejecutó en forma experimental, la fundición de balas para fusil y artillería en pequeña escala; el abatanamiento y teñido de telas para los uniformes y la mezcla de pólvora para las armas. Pero no tuvo el efecto esperado.
En ese contexto, el gobierno de las Provincias Unidas sufría una crisis política interna y externa que se solucionó parcialmente al convocarse un Congreso Constituyente en Tucumán que tenía como objetivo declarar la Independencia. El 9 de julio de 1816, los reunidos, cumplieron el objetivo.
El 1 de agosto de 1816, el Supremo Gobierno decretó la formación de un ejército en Cuyo denominado "Ejército de los Andes" y fue nombrado como General en jefe a José de San Martín; al mismo se le abonaría un sueldo de $ 6.000 anuales. En octubre de ese año, el Director Supremo designó a San Martín como Capitán General.
A principio de ese año, la guarnición de Mendoza, tenía solamente más de 1.000 hombres y se alojaban en los principales conventos como los de Santo Domingo y San Agustín entre otros.
Por entonces el campo de instrucción -que se encontraba a las afueras de la ciudad- servía solamente para las maniobras de todas las fuerzas del ejército, las que se establecieron en enero de ese año por casi dos meses.
Luego del 9 de julio, el campamento extendió sus instalaciones y recién en octubre, las tropas se trasladaron para concentrarse allí en su totalidad.
Es importante destacar que el Ejército Libertador, recién se estableció definitivamente en ese lugar en diciembre, cuando llegaron los batallones y escuadrones de distintos puntos, entre ellos los Granaderos a Caballo.
Así, sumaron un total de 3.770 efectivos. El aporte de los ciudadanos de cuyo fue muy importante, no solamente con dinero a través de los empréstitos forzosos, sino también con la colaboración de ganado de todo tipo y el aporte de varios materiales indispensable para poner en marcha al Ejército.
Un uniforme completo costaba 15 pesos, un equivalente a 1.200 dólares actuales; los sables estaban a un precio de 590 dólares por unidad; una pistola en 296 dólares, aunque podía variar el precio según la calidad de la misma. Un fusil tenía un valor de $ 14 (1.100 dólares).
Una pieza de artillería de montaña costaba unos 439 pesos (32.486 moneda estadounidense) y un barril de pólvora costaba unos 125 dólares. El dinero invertido en el total de la campaña desde sus comienzos hasta el año 1822 fue de 576.519 pesos fuertes: 43 millones de dólares actuales.