El cuerpo descuartizado de la mujer hallado ayer en un contenedor de basura en la localidad de Villa María, a 146 kilómetros de esta capital, pertenece a Olga Inés Moyano, se confirmó hoy, y sobre el caso reina el misterio.
Un grupo de albañiles que llegó, poco antes de las 8, a trabajar en una obra en construcción ubicada en la calle La Rioja al 1700, del barrio Ameghino, realizó el macabro hallazgo. "Tiraron una bolsa al lado y cuando fueron a abrir una puerta se cayó una mano y se pegaron un susto", comentó un vecino a Cadena 3.
Los obreros llamaron inmediatamente a la Policía, que se hizo presente en el lugar y vallaron el contenedor.
La fiscal de Instrucción de Primer Turno, Silvia Maldonado, está a cargo de la investigación.
Ayer confirmaron que el cuerpo pertenecía a Olga Inés Moyano, de 46 años, quien estaba desaparecida.
Unos de sus hijos, Denis Barrionuevo, recibió un llamado de su madre diciendo que estaba en un control policial en la ruta 158, y que le iban a retener la moto.
Luego recibió otro llamado en el que la mujer, llorando, le decía que se iba al hospital Pasteur, y le pidió que se llegase hasta allí.
Cuando el joven se hizo presente en ese centro médico, la mujer no se encontraba y desde entonces estaba desaparecida.
Una filmación de una cámara de seguridad muestra a un hombre tomado de espaldas circulando en la moto de la mujer extraviada. A las 18.30, se lo ve dejándola a unas cuadras de la obra en construcción, donde fue encontrado el cadáver.
En tanto, los restos hallados en un descampado a 35 kilómetros de Jesús María son de María Eugenia Cadamuro, una mujer que había desaparecido el 15 de marzo de este año.
Cadamuro, de 46 años, era intensamente buscada por sus amigos y familiares desde el 15 de marzo, cuando desapareció sin dejar rastros.
Ayer fueron hallados restos de una mujer en un campo en Villa Gutiérrez, a unos 85 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, y a 35 kilómetros de Jesús María.
Los restos fueron identificados por los tatuajes que poseía y un par de zapatillas color negras pertenecientes a la mujer.
Según los peritos, el cuerpo estaba envuelto en una manta dentro de una bolsa, enterrado a 1,50 metros de profundidad.
Presentaba disparos en la cabeza y espalda, y en el lugar se encontraron cartuchos, presuntamente del arma homicida, y dos pares de guantes.