Si la idea era poder compartir un momento diferente, el objetivo de la Copa Los Andes se cumplió con creces. Pero más allá de un recorrido atractivo, en el Club de Campo, nuevas razones confluyeron en el torneo de golf, que organizó Diario Los Andes, para transformarlo en el gran evento de la temporada. Minutos antes del inicio de la competencia, el entusiasmo de los inscriptos así lo atestiguó.
Al finalizar la jornada, en este certamen que se celebró bajo la modalidad de Scramble, el pedido de los jugadores fue que la Copa Los Andes se repita en el tiempo.
Todos atentos
Treinta y seis equipos, desperdigados en el terreno de juego, esperaban la señal de partida. A las 14, luego e una señal sonora, desde el hoyo 16, Rosario Dalera, jugadora del Club anfitrión, fue la encargada de la salida de su cuarto. La Copa Los Andes estaba en movimiento.
Después de recorrer los 18 hoyos, el equipo integrado por Andrés Monteverdi, Gustavo Stallocca, Juan Carlos Bos y Claudio Ferrer se quedó con el primer puesto tras presentar una tarjeta de 55 golpes. Los ganadores se adjudicaron un Crucero a Punta de Este para cada uno.
Mientras que en segundo lugar, imponiéndose en el desempate y a un golpe de los campeones, cuarto representante del Club de Campo, se ubicaron Víctor Gauna, Daniel Lisán, Jorge Guizzo y Facundo Prono. El número 56 había emparejado a varios cuartos, pero se quedaron con el segundo escalón del podio tras el desempate automático por menor hándicap.
Hubo premios especiales para los dueños del mejor approach y el long drive. En damas, Jimena González Villanueva fue la pegadora de mayor distancia y María Romera logró la mejor aproximación. En tanto que, hicieron lo propio Mariano Pérez, en distancia, y el anfitrión Pablo Bernal en el juego de gran precisión.
Nuevas tradiciones
Como apertura de la ceremonia de premiación Raúl Flamarique, presidente del directorio de Diario Los Andes, fue el encargado de anunciar: “Nuestro Diario quiere agradecerle a todos los jugadores, al Club y a los sponsor por darle vida a este torneo. Es un nuevo vínculo que se extenderá en el tiempo, que se repetirá año tras año”.
El momento era distendido, mientras los flashes de los fotógrafos retrataban el cierre de la primera edición de la Copa Los Andes, los 150 jugadores presentes le ponían color color a una jornada inolvidable. Ellos se mostraron felices por ser partícipes de una tradición que ayer tuvo su primer capítulo.
Si la idea era compartir un momento diferente, el objetivo de la Copa Los Andes 2016 se cumplió con creces.
"La idea era un torneo más enfocado en lo social"
“La idea era hacer un lindo evento de golf, un poco fuera de lo normal; más enfocado en lo social que en lo estrictamente deportivo”, sostuvo Pedro Benenatti, responsable técnico de la organización.
“Tratamos de hacer un poquito las dos cosas. Hacer un lindo next working y que la gente conozca a gente nueva. El golfista está muy acostumbrado a jugar siempre con el mismo cuarto. Normalmente salís con tres amigos más, la idea era que este evento sirviera para todo”.
“Las sorpresas consistieron en desafiar al cuarto para ver quien le pegaba más lejos o la dejaba más cerca del hoyo. El que lo hiciera se llevaba una botella de vino de regalo, o un guante de golf; premios que puede disfrutar el jugador. Eso era para sacarlo de la rutina del torneo, que sea todo mucho más distendido. En cuanto a la convocatoria fue buenísima, el número de participantes desbordó”, concluyó Benenatti.
